Mostrando las entradas con la etiqueta Juzgar. Mostrar todas las entradas


Hoy hablaremos y profundizaremos un poco en nosotros mismos ¡Sí! ¿Sabías que no somos perfectos? ¡Tenemos un montón de cosas por las cuales molestamos a los demás! Un montón de cosas por las cuales damos escusas para pelear sin darnos cuenta, viviendo en una constante disputa que parece no tener fin.
 
Por supuesto esto es algo que te confrontará y golpeará tu orgullo, pero si de verdad eres un seguidor de Jesús, entonces eso es lo que estás buscando. Esto es algo que nos leerá por dentro, así que será un estudio un poco más largo que los que venimos haciendo hasta ahora, por lo tanto, lo haremos en cuatro partes.


 

6: Ten cuidado con los temas de conversación

 

Apoyándonos en temas ya tocados y versículos ya leídos también podemos llegar a otras conclusiones. Por ejemplo, a veces nos quejamos de algunos temas de conversación que algunas personas usan con frecuencia, pero no pensamos que hacemos lo mismo. Hay temas que usamos con frecuencia, pero no somos conscientes de que herimos, molestamos o ponemos tensos a los demás al comenzar a tocarlos.
 
Tal vez el mundo siga usando temas que nos molesten, que nos hieran, que nos insulten y más, pero nosotros no somos como el mundo. Si te gusta hablar de política, fútbol, economía y demás, pero sabes que puedes iniciar una pelea con algún hermano, entonces mejor no tocar el tema cuando está él.
 
“Río desbordado es el pleito que se inicia; vale más retirarse que complicarse en él”
Proverbios 17:14
 
“Hay seis cosas, y hasta siete, que el Señor aborrece por completo: los ojos altaneros, la lengua mentirosa, las manos que asesinan a gente inocente, la mente que elabora planes perversos, los pies que corren ansiosos al mal, el testigo falso y mentiroso, y el que provoca peleas entre hermanos”
Proverbios 6:16-19
 
“Y un siervo del Señor no debe andar en peleas; al contrario, debe ser bueno con todos. Debe ser apto para enseñar; debe tener paciencia y corregir con corazón humilde a los rebeldes, esperando que Dios haga que se vuelvan a él y conozcan la verdad”
2 Timoteo 2:24-25
 
“En las muchas palabras no falta pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente”
Proverbios 10:19 (véase también: Proverbios 12:27; 17:27; Santiago 1:26)
 
“Ser paciente es muestra de mucha inteligencia; ser impaciente es muestra de gran estupidez”
Proverbios 14:29
 
“Alejen de ustedes la amargura, las pasiones, los enojos, los gritos, los insultos y toda clase de maldad”
Efesios 4:21 (véase también: Salmos 37:8; Colosenses 3:8)
 
Esto no quiere decir que, si los demás tocan temas que puedan hacernos algún daño, nosotros debamos ser partícipes de ellos. No hablamos de amistad con el mundo y participar de sus placeres y los deseos de la carne (Santiago 4:4), sino de no crear guerras innecesarias, de obedecer la palabra de Dios y no crear discordias y motivos de ira y enojo con nuestros hermanos.
 
“¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde la vida?”
Marcos 8:36
 
“porque nada de lo que el mundo ofrece viene del Padre, sino del mundo mismo. Y esto es lo que el mundo ofrece: los malos deseos de la naturaleza humana, el deseo de poseer lo que agrada a los ojos y el orgullo de las riquezas”
1 Juan 2:16
 
“Pues Dios ha mostrado su bondad, al ofrecer la salvación a toda la humanidad. Esa bondad de Dios nos enseña a renunciar a la maldad y a los deseos mundanos, y a llevar en el tiempo presente una vida de buen juicio, rectitud y piedad”
Tito 2:11-12
 
“Pero el mundo se va acabando, con todos sus malos deseos; en cambio, el que hace la voluntad de Dios vive para siempre”
1 Juan 2:17 (véase también: Romanos 12:2)
 
“Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra”
Colosenses 3:2

 


7: Eres una molestia incluso cuando te comportas bien

 

No solo molestamos a los demás por nuestros defectos, también los molestamos por las cosas que hacemos bien. Vamos a la iglesia y no entienden por qué “desperdiciamos” nuestros días ahí, damos dinero a los pobres y les parece una “tiradera de dinero”, escuchamos música cristiana y les parece “aburrido” … En fin, no siempre podemos hacer felices a los demás.
 
Seamos misericordiosos, mansos, bondadosos, debemos ser como fue Jesús con los demás (1 Juan 2:6). No devolver mal con mal sino devolver mal con bien (Romanos 12:19-21; 1 Tesalonicenses 5:15); amar a nuestros enemigos o a aquellos que nos hacen daño tanto de manera consiente como inconsciente (Mateo 5:43-45).
 
Dios será quien juzgue con justicia (Romanos 12:19). El mundo no va a entender por qué hacemos lo que hacemos, pero debemos tener paciencia orar por ellos y amarlos (Lucas 6:27; Mateo 5:43-48). Porque no saben lo que hacen, no conocen a Dios, o algunos a penas lo están conociendo, debemos estar dispuestos a perdonarlos (Mateo 18:21-35).
 


“Si ustedes aman solamente a quienes los aman a ustedes, ¿qué hacen de extraordinario? Hasta los pecadores se portan así. 33 Y si hacen bien solamente a quienes les hacen bien a ustedes, ¿qué tiene eso de extraordinario? También los pecadores se portan así. 34 Y si dan prestado sólo a aquellos de quienes piensan recibir algo, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores se prestan unos a otros, esperando recibir unos de otros”
Lucas 6:32-34 (Véase también: Lucas 6.33)
 
“Miren cuánto nos ama Dios el Padre, que se nos puede llamar hijos de Dios, y lo somos. Por eso, los que son del mundo no nos conocen, pues no han conocido a Dios”
1 Juan 3:1
 
“Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”
2 Corintios 12:9-10


 
Alguna vez, años atrás, fuimos niños. Cuestionamos las acciones de los adultos y no las comprendimos, y como niños desobedientes y tercos nos revelamos; pues ellos son así, por ello debemos tenerles paciencia y tratarlos con amor, pues no saben lo que hacen y necesitan que Dios les abra los ojos (Lucas 23:34).
 

“Si el mundo los odia a ustedes, sepan que a mí me odió primero”
Juan 15:18
 
“Que nadie se engañe: si alguno de ustedes se cree sabio según la sabiduría de este mundo, vuélvase como un ignorante, para así llegar a ser verdaderamente sabio”
1 Corintios 3:18
 
“De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Porque no sabemos orar como es debido, pero el Espíritu mismo ruega a Dios por nosotros, con gemidos que no pueden expresarse con palabras”
Romanos 8:26
 
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”
Filipenses 4:13 (véase también: Mateo 11:28)
 
“Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.”
Salmos 73:26 (Véase también: Isaías 40:29; 1 Pedro 5:7)

 
- o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o -
 
“Les digo todo esto
para que encuentren paz
en su unión conmigo.
En el mundo,
ustedes habrán de sufrir;
pero tengan valor:
yo he vencido al mundo”
Juan 16:33
 
- o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o -
 


Muchas bendiciones, esperamos que les haya sido de ayuda y hayamos respondido sus dudas, y si creamos nuevas qué bendición, ya que esperamos poder seguir respondiendo muchas otras preguntas. ¡Dios los bendiga!


 
Por: "Jessica, hija de Dios"

Hoy hablaremos y profundizaremos un poco en nosotros mismos ¡Sí! ¿Sabías que no somos perfectos? ¡Tenemos un montón de cosas por las cuales ...


¡Hola! Hoy continuaremos hablando y profundizando en este tema que nos cuesta tanto ¿Pudiste poner en practica alguna de las cosas de las que ya hablamos? Las personas tenemos un montón de cosas por las cuales damos escusas para pelear sin darnos cuenta, viviendo en una constante disputa que parece no tener fin.

Por supuesto esto es algo que te confrontará y golpeará tu orgullo, pero si de verdad eres un seguidor de Jesús, entonces eso es lo que estás buscando. Esto es algo que nos leerá por dentro, así que será un estudio un poco más largo que los que venimos haciendo hasta ahora, por lo tanto lo haremos en cuatro partes. Esta es la segunda parte de este estudio, pero si quieres ver la primera te la dejaremos aquí.


Hoy hablaremos y profundizaremos un poco en nosotros mismos ¡Sí! ¿Sabías que no somos perfectos? ¡Tenemos un montón de cosas por las cuales molestamos a los demás! Un montón de cosas por las cuales damos escusas para pelear sin darnos cuenta, viviendo en una constante disputa que parece no tener fin.
 


4: Debemos comprender más a los demás

 

Hay cosas que hacemos por costumbre y de inconscientes, dependiendo de la educación que nos dieron nuestros padres, nuestras referencias, lo que tenemos alrededor, nuestras amistades, etc. Cosas como masticar con la boca abierta, jugar con el pelo, ciertas expresiones con el rostro, algunas muletas lingüísticas y más.
 
A veces lo hacemos porque quedamos marcados de alguna forma por nuestro pasado, por ejemplo: una persona que no ha leído, que tiene o tuvo algún problema en su aprendizaje, lo más probable será que no sepa expresarse, que no sepa comprender, etc.
 
Esta persona nunca comprende lo que le decimos a la primera, debe realizar un trabajo relacionado a estos problemas y nos pide ayuda constantemente, todo esto puede molestarnos, pero debemos comprender un poco más a los demás, no ser tan duros, ya que no todas las acciones de la gente a nuestro alrededor son con maldad ni específicamente para hacernos daño. Debemos tener paciencia, amor, solidaridad y comprensión, ya que, además: así nos gustaría ser tratados, si fuéramos ellos.
 
Por ejemplo, yo conozco tres personas cercanas que pasaron por la misma situación, pero las tres fueron marcadas por aquella situación de diferentes maneras. Antes de saber todo esto, antes de buscar más la paz que los pleitos, siempre me peleaba con uno u otro por actitudes que tenían, pero nunca había pensado el por qué las tenían, nunca había parado dos minutos a pensar que no todo lo que pasaba a mi alrededor era por mí y para molestarme, para lastimarme u ofenderme.
 
Los tres pasaron una etapa de pobreza y cada uno se marcó de una manera distinta: el primero pasó por hambre, así que siempre cocina en mucha cantidad y recalienta la comida hasta que casi es un puré (hasta que la olla no está vacía no para), pues tiene muy presente que alguna vez no tuvo para comer y que hay personas que hoy en día pasan por cosas similares o peores; el segundo pasó por lo mismo, pero detesta recalentar la comida, prefiere tirarla o tener un perro al cual dársela antes que comer comida recalentada, porque le recuerda a su pasado y es un recuerdo que lo llena de rencor; el tercero, aunque su actitud no lo demuestre mucho, también pasó por esa misma pobreza y por el hambre, así que ahora se gasta la mayor parte de su sueldo en comidas caras y exóticas, aparenta todo lo que puede y gasta cuanto le da el bolsillo en delivery, todo con tal de no recordar el pasado y sentir que es alguien nuevo, que ya no es pobre y que, de esta manera, nunca nadie pensará que alguna vez lo fue.
 
Toda esta situación ha causado, en más de una ocasión, una discusión sin sentido. Discutía con ellos, pues no entendía la obsesión de recalentar la comida, de tirarla y de gastar en exceso, hasta que me tomé el tiempo de ver más allá de mi propia nariz y comencé a darme cuenta que hay peleas que comienzan por no comprender a los demás y por no darnos cuenta que a ellos también les cuesta comprendernos.
 
A ellos tres también les cuesta comprender cuánto trabajo me toma a mí el poder comer algo "rico y caro" y que por eso suelo comer fideos acompañados con alguna cosa; a ellos también les cuesta entender que prefiero hacer cantidades pequeñas para que no me sobre a punto de tener que tirar la comida cuando se ponga fea; a ellos les cuesta entender muchas de mis acciones, pero si yo peleo con ellos y ellos pelean conmigo: Solo creamos una guerra innecesaria.
 
"Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros."
Colosenses 3:13
 


“Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.”
Mateo 5:7

 
“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”
Efesios 4:32

“Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor”
Efesios 4:2

 
Debemos comprender más a las personas, a veces lo que nos molesta de ellas es un resultado de un pasado difícil y/o doloroso, la misericordia es algo que debemos seguir trabajando. No debemos atacar a los demás por estas cosas, generar peleas y divisiones. “Soportar” significa “dar soporte, sostén a algo que se está cayendo”. Debemos darles sostén, pero no juzgarlos, ya que no sabemos lo que hacen los demás en lo oculto. Sobre todo debemos procurar la paz y la unión, y no olvidar que debemos perdonar, así como fuimos perdonados.

 


5: Podemos herir a los demás y a nosotros mismos

 
Todos tenemos defectos, hay algunos que hieren a los demás y nos pueden traer muchos perjuicios. Por ejemplo, un defecto más común de lo que creemos es hablar sin pensar lo que decimos. A veces hablamos con palabras toscas, damos nuestra opinión, cuando esta no suma nada más de lo que resta, contestamos de manera negativa, nos burlamos y más. Este solo es uno de todos esos defectos que podemos tener y que pueden tanto herir a los demás como traernos perjuicios económicos, sociales, emocionales, personales, de salud y más.
 


“En las muchas palabras no falta pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente”
Proverbios 10:19
(véase más en: Proverbios 4:24; 17:27; 18:13; 25:23; 25:28; Santiago 1:19-20)

 
“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.”
1 Corintios 6:9-10
(véase más en: Efesios 5:5)


“El que roba a su padre o a su madre, y dice que no es maldad, Compañero es del hombre destruidor.”
Proverbios 28:24

 
“El cómplice del ladrón es enemigo de sí mismo, pues aunque oye maldiciones no confiesa.”
Proverbios 29:24


“La mano negligente empobrece; Mas la mano de los diligentes enriquece.”
Proverbios 10:4
(véase más en: Proverbios 6:6-11; 22:29: 28:19)

 
“Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; Mas con los humildes está la sabiduría.”
Proverbios 11:2
 


“El Señor no soporta a los orgullosos; tarde o temprano tendrán su castigo.”
Proverbios 16:5


“El chismoso todo lo cuenta; la persona digna de confianza guarda el secreto.”
Proverbios 11:13
(véase más en: Proverbios 16:28)


“El que es compasivo se hace bien a sí mismo, pero el que es cruel provoca su propio mal.”
Proverbios 11:17
(véase más en: Proverbios 12:12; 17:13)
 


“El justo sabe que sus animales sienten, pero el malvado nada entiende de compasión”
Proverbios 12:10

 
“El testigo verdadero declara la verdad; el testigo falso afirma mentiras.”
Proverbios 12:17
 


“El hijo sabio acepta la corrección del padre; el insolente no hace caso de reprensiones”
Proverbios 13:1
(véase más en: Proverbios 20:20; 30:11-14)
 


“Si no hay buen gobierno, la nación fracasa; el triunfo depende de los muchos consejeros”
Proverbios 11:14
(véase más en: Proverbios 13:20; 22:24-25)
 


“Ser paciente es muestra de mucha inteligencia; ser impaciente es muestra de gran estupidez.”
Proverbios 14:29
 


“La mente tranquila es vida para el cuerpo, pero la envidia corroe hasta los huesos.”
Proverbios 14:30
 


“El vino hace insolente al hombre; las bebidas fuertes lo alborotan; bajo sus efectos nadie actúa sabiamente.”
Proverbios 20:1
(véase más en: Proverbios 21:17)
 


“No abuses del pobre por ser pobre, ni oprimas ante los jueces al indefenso”
Proverbios 22:22
(véase más en: Proverbios 28:21)

 
“No te alegres ni hagas fiesta por los tropiezos y caídas de tu enemigo, porque al Señor no le agradará ver esto, y entonces su enojo se apartará de él.”
Proverbios 24:17-18
 


Si te tomas un tiempo para leer la biblia, encontrarás muchos versículos que señalan variedad de defectos que tenemos los seres humanos. Encontrarás que se habla también de sus consecuencias, lo que es muy bueno porque tenemos que ser conscientes de que todos somos pecadores (Romanos 2:23) y todos tenemos defectos.
 
Estos defectos, como ya dijimos, nos traen muchas consecuencias, entre ellas: el cómo nos comunicamos con las demás personas en nuestro entorno, cómo nos ven, qué transmitimos y más. Es por eso que este punto lo contamos como una parte muy importante a tratar en este tema, ya que corregirlo y ponerlo en oración nos ayudará a no pelear tanto con los demás y comprender por qué surgen la mayoría de nuestros problemas.
 
El aceptar que no somos perfectos es parte de nuestro crecimiento espiritual. Cuando nos damos cuenta de estos defectos, y de nuestros errores, debemos estar dispuestos a cambiarlo. No debemos restar importancia a estos, debemos confesarnos ante Dios, para que nos perdone y nos limpie de toda maldad (1 Juan 1:9; Apocalipsis 3:19). Debemos reconocerlos y estar dispuestos a cambiar y sobre todo no olvidar que los demás también pasan por sus propios defectos y ser con ellos como quisiéramos que fueran con nosotros.


 
- o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o -
 
Y sabemos que a los que aman a Dios,
todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su propósito
son llamados.
Romanos 8:28
 
- o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o -
 

Muchas bendiciones, esperamos que les haya sido de ayuda y hayamos respondido sus dudas, y si creamos nuevas qué bendición, ya que esperamos poder seguir respondiendo muchas otras preguntas. ¡Dios los bendiga!
 
Por: "Jessica, hija de Dios"

¡Hola! Hoy continuaremos hablando y profundizando en este tema que nos cuesta tanto ¿Pudiste poner en practica alguna de las cosas de las qu...



Esta vez nos toca analizar un nuevo aspecto en la película “Bichos: una aventura en miniatura”

¡¡¡alerta de spoilers!!!

Esta película cuenta la historia de una pacífica colonia de hormigas, la cual es asediada constantemente por la pandilla de Hooper, un grupo de saltamontes que todos los años acuden en busca de una ofrenda de alimentos. Los saltamontes están caracterizados como vagos y son temidos por las hormigas que creen que tienen que trabajar para ellos. Ellas trabajan día y noche recolectando alimentos y los saltamontes se comen la comida. Sin embargo, todo cambia cuando Flik, una de las hormigas, por un pequeño incidente echa a perder toda la ofrenda. La llegada de los saltamontes tiene entonces un tinte aún más dramático cuando Hooper pide el doble de comida para la próxima estación, poniendo en peligro la vida de toda la colonia. Será entonces cuando Flik, se ofrezca para conseguir un modo de salvar al hormiguero del hambre.


No fuimos creados para ser esclavos sino libres

 

Esta colonia de hormigas está en un momento de esclavitud que es muy similar al modelo de esclavitud que utilizan los mercenarios en distintas partes del mundo a aquellos que no pueden defenderse y son más débiles en fuerza y armamentos, pero ricos en mano de obra u otras cosas. Los saltamontes son insectos vagos y grandes, como el típico personaje que solemos ver en los bares y que se piensa más fuerte y temerario por maltratar y golpear al que se le ponga en frente, es el típico personaje que en la escuela discrimina y maltrata a sus compañeros por tener “diferencias físicas” y lo obliga a darle su almuerzo. El Señor da su punto de vista acerca de estas personas varias veces y dice cuáles son sus consecuencias.

 

“El bondadoso se hace un bien así mismo, pero el cruel a sí mismo se hiere”
Proverbios 11:17 (en Biblia Reina – Valera 2000)
 
“El que oprime al pobre, afrenta a su Creador, el que es bondadoso con el pobre, lo honra”
Proverbios 14:31 (en Biblia Reina – Valera 2000)
 
“El corazón en paz da vida al cuerpo, la envidia carcome los huesos”
Proverbios 14:30 (en Biblia Reina – Valera 2000)
 
“El que ama la contienda, ama el pecado; el que construye alta su portada, evita la destrucción”
Proverbios 17:19 (en Biblia Reina – Valera 2000)
 
“Tú, poderoso, ¿Por qué te jactas de maldad? La bondad de Dios dura para siempre. Agravios maquina tu lengua, como navaja afilada practica el engaño. Amas el mal más que el bien, la mentira más que la rectitud.  Has amado toda suerte de palabras destructoras, oh lengua engañosa. Por tanto, Dios te destruirá para siempre. Te asolará y te arrancará de tu morada, te desarraigará de la tierra de los vivientes”
Salmos 52:1-5 (en Biblia Reina – Valera 2000)
 
Las hormigas se sienten desoladas, están obligadas a ser esclavas hasta el día de su muerte, saben que sus hijos serán esclavos después de ellas. Trabajan sin cesar hasta el desmayo, sufren por miedo cuando oyen el aleteo de los saltamontes y no se creen capaces de hacer nada por sí mismas, ni siquiera el rodear una hoja que cae en su camino. No saben sortear obstáculos, porque viven pensando todo lo que los saltamontes les dicen: que son débiles, que no pueden hacer nada sin su “protección”, que son tontas, y más. 


En la biblia también se habla sobre esto, el enemigo está ahí para engañarnos todo el tiempo, ese fue su primer trabajo en Adán y Eva: el engaño (Génesis 3:1-13). Así como engañó a Adán y Eva en el Edén y les robo esa tranquilidad de la cual disfrutaban, la paz, el gozo y esa comunión que tenían con Dios: su tarea es la de engañar diariamente a la gente y trata de engañar a los cristianos, porque a él le da coraje, celo y envidia ver la felicidad de los demás (2 Corintios 11:3), porque él es todo lo opuesto a Dios y sabemos que Dios no busca que seamos infelices, todo lo contrario (Mateo 5:1-16; Lucas 6:20-38; Proverbios 16:20; Salmos 119; Proverbios 3:13-20; Salmos 1). 


El engaño del enemigo se da cuando logra hacer creer a la gente algo que realmente no es, pero que sabe que le robara el sueño y tal vez hasta lo derrote. Él no quiere que conozcamos a Dios, porque sabe que de Él viene nuestra fortaleza (Efesios 6:10-20; Salmos 18:46-50; Salmos 19). Dios no quiere que sigamos siendo esclavos, ni del pecado ni de las personas (Gálatas 5:1; Juan 8:31-47; Romanos 8:14-17), en este caso las hormigas son esclavas del miedo.

 



Dios nos abre los ojos y nos da fuerzas

 

En la escena final las hormigas protagonizan una rebelión, cuando Flik, aquel que siempre fue visto como el fracasado, el débil, el insoportable y más, decide ponerse en pie y no permitir que Hoper siga esclavizándolos. Hay momentos en nuestras vidas en que no podemos seguir bajando nuestras cabezas, permitiendo que los fuertes abusen de los débiles (Proverbios 31:8-9; Isaías 1:17; Salmos 82), el enemigo puede hacernos sentir unos fracasados, pero Dios nos creó para grandes cosas y todos tenemos un propósito (Proverbios 16:4; Proverbios 16:33; Salmos 138; Proverbios 19:21; Filipenses 2:12-18; Proverbios 20:24; Romanos 8:28-30; 2 Timoteo 1:6-12). Mientras Dios no cesa en buscarnos y demostrarnos que nos creó para cumplir un propósito perfecto, el enemigo hace exactamente lo que Hoper y sus saltamontes.
 
Cita de Hoper atemorizando a Flik, poniéndolo como ejemplo para las hormigas:
“Eres menos que escoria, no, menos, una hormiga es lo que eres, no eres nada. Quiero que esta sea una lección para todas, las ideas son muy peligrosas para ustedes. Solamente son unas perdedoras, vinieron a la tierra para servirnos”
 
Esta es exactamente una de las mayores mentiras que pone el enemigo en nosotros. Nos hace sentir temor, nos esclaviza a sus caprichos, nos rebaja a la nada, nos hace sentir que no valemos y ni siquiera merecemos vivir, pero ¿quién es el que puede asegurarnos nuestra identidad sino Dios, nuestro Creador? Solo Dios puede responder preguntas como quiénes somos, cuánto valemos, para qué nacimos, y más. El enemigo nos asegura que tiene la certeza de todas estas cosas, pero solo nos engaña para alejarnos de Dios con angustia, temor, dolor, odio, etc. Pero Flik se pone en pie, se da cuenta de todas las mentiras de Hoper, con las que los podía dominar, y dice:
 
Cita:
“Nosotras no nacimos para servir a los saltamontes. Estas hormigas han logrado grandes cosas y año tras año se las han arreglado para cosechar comida para ellas y para ustedes. ¿Cuál es la especie más débil? No tenemos por qué servirles, ¡Ustedes nos necesitan! Somos más fuertes de lo que ustedes creen, y te consta ¿No es cierto?”
 
Esta última frase de Flik fue el detonante, la verdad que por primera vez era escuchada por todos. La verdad comenzaba a liberarlos de la mentira, del temor (Juan 8:31-38). Esto para Hoper era muy malo, porque significaba que ya no tendría gobierno sobre las hormigas; así también pasa con el enemigo, cuando él te recuerda tu debilidad es porque sabe que perdió control sobre ti. Puede ser que seamos débiles, puede ser que parezca que no tenemos fuerza, pero el poder de Dios se perfecciona en nuestras debilidades (2 Corintios 12:7-10; 1 Juan 4:4; Filipenses 4:13). El enemigo quiere explotar tu debilidad, pero el Espíritu Santo ha llegado a tu vida para “reconstruir fortalezas en tu personalidad”, para que tú puedas decir: sé quién soy, sé dé donde vengo y sé a dónde voy.


El enemigo necesita que estemos en su tela de araña, porque él está en guerra con Dios y su trabajo es desperdigar las ovejas, sembrar cizaña, matar, robar y destruir (1 Pedro 2:25; Mateo 26:31; Mateo 10:16; Isaías 53:6; Mateo 13:24-52; Juan 10:12). El Señor y sus propósitos son perfectos, pero nosotros no. Nos asaltan las dudas y temores que muchas veces nos impiden vivir en la plenitud de los propósitos que Él ha establecido para nuestras vidas (Salmos 46:1; Salmos 27:1). Sin embargo, podemos superar esto constantemente leyendo y estudiando su Palabra para que nuestra fe sea más fuerte día a día (Josué 1:9; Isaías 40:31). A medida que aprendemos de Dios y oramos a Él con regularidad, seremos más valientes para lograr sus grandes propósitos en su nombre, y para su gloria (Juan 14:27; Salmo 18:32).
 
- o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o -
 
Y conoceréis la verdad
Y la verdad os hará libres.
Donde está el espíritu del Señor,
Allí hay libertad.
 
- o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o -
 
Muchas bendiciones, esperamos que les haya sido de ayuda y hayamos respondido sus dudas, y si creamos nuevas qué bendición, ya que esperamos poder seguir respondiendo muchas otras preguntas. ¡Dios los bendiga!

Por: "Jessica, hija de Dios"


Esta vez nos toca analizar un nuevo aspecto en la película “Bichos: una aventura en miniatura” ¡¡¡alerta de spoilers!!! Esta película cuenta...


Una cosa que se debe señalar y recordar es que nosotros no somos perfectos y por eso es que necesitamos a Jesús, nuestro salvador (Romanos 10:11-13). Cuando vayas a una iglesia, no pienses que ahí encontrarás gente perfecta: encontrarás gente rota que busca a Dios por diferentes razones, que tiene diferentes problemas, que busca desaferrarse de distintos pecados como: el juzgar a los demás, el ser envidiosos, la infidelidad, el egoísmo, la pereza, la codicia, etc. 


No debes dejarte guiar por ellos, por su hipocresía, ni dejar que algunos puedan alejarte de Dios (porque muchos son los que se alejan de la iglesia a causa de algunos hipócritas y dicen, “No voy porque no soporto a la gente doble cara, doble moral, es más, ni siquiera intentaré buscar otra iglesia, porque todas son iguales”, pero en su casa no leen la biblia ni un día de la semana porque dicen no tener tiempo para Dios en sus vidas. ¿Dónde está la hipocresía? Si no vas a la iglesia a escuchar la palabra de Dios, ¿al menos sí lo haces en tu casa? Quien no pasa tiempo con Dios, no conoce a Dios: Santiago 4:8; Romanos 10:8-17; Juan 14:23-24; 1 Juan 1:6).

Si la gente de la iglesia busca rebajarte a causa del bebé que decidiste no abortar, pues allá ellos, ya tendrán que dar explicaciones a alguien más grande, Dios (Isaías 10:10-13; Apocalipsis 22:12-13). Cada vez que alguien te señale y juzgue con cualquier denominación insultante y degradante, recuerda que Jesús nos dijo que sufriríamos aflicciones por seguirlo y hacer lo que es correcto (Juan 14:20-21; 1 Pedro 4:15-19; Juan 16:33; Filipenses 1:29), que Él traería divisiones incluso en la familia (Mateo 10:34-39; Juan 14:19), recuerda que Él sufrió por salvarnos (Juan 14:18; Juan 14:25; Isaías 53:3-4), tal vez tú sufras por tener a tu bebé, pero Dios promete que no va a ser por mucho (Romanos 8:18; Salmo 34:19), Dios promete que hará grandes cosas de tu dolor (2 Corintios 12:9-10; 1 Pedro 5:10; 2 Corintios 4:17), Él te está formando a base de fuego (2 Corintios 1:3-4; Romanos 5:3-4), te vuelve una creación más hermosa y eso no es algo de qué avergonzarse (Mateo 5:10-12; Lucas 6:20-23; Romanos 1:16-17). 


Allá todos ellos, tú sabes que a los ojos de Dios lo que decidiste fue lo correcto, quizá tener relaciones antes del matrimonio no lo fuera, pero aceptar las consecuencias y ser responsable sí lo es. No haces nada malo al decidir arrepentirte de tus pecados pasados y cuidar a tu bebé sabiendo que Dios ya te perdonó y que Él quiere que lo protejas, ¡Vive feliz y no dejes que nadie te quite el gozo! (Juan 15:10-11; 1 Pedro 3:14; Juan 6:22; Salmos 37:4) Eso sí, cuando te arrepientas de algo, no pienses que es magia, como decir “ábrete sésamo” y todas las puertas se abren sin rechistar. 


A cualquiera puedes engañar, pero a Dios no (Gálatas 6:7-9). El perdona a los arrepentidos, pero no vas a lograr, por más que lo intentes, que Dios te perdone si le pides perdón, pero por dentro dices “lo volveré a hacer y volveré a pedir perdón para salvarme del castigo” (Isaías 47:10-15; 1 Corintios 3:18-23; Santiago 1:19-27; 1 Juan 1:6-8), eso es jugar con Dios y subestimarlo, Dios conoce los secretos del corazón (Marcos 2:8; Lucas 16:15; Hechos 15:8; 1 Reyes 8:39; Proverbios 15:11; Jeremías 20:12; ) y no le agradan los mentirosos (Proverbios 12:22; Salmos 5:6; Colosenses 3:9; Éxodo 20:16; Salmos 55:23; Apocalipsis 21:8; Proverbios 19:9; Juan 8:44).




Y para ti, creyente, defensor de las dos vidas, comienza a reconsiderar tu comportamiento y no te pongas en un pedestal (Romanos 3:9-18; 1 Juan 1:8-10; Lucas 18:9-14). 


Si enseñas a perdonar, pero no perdonas y te llenas de rencores y odio, eres hipócrita (Proverbios 17:9; Mateo 6:14; Mateo 23:23-25; Proverbios 26:24; Efesios 4:32; Mateo 6:14; Colosenses 3:13; Lucas 6:37; Mateo 18:21-22; Marcos 11:25); si enseñar a no envidiar, pero eres un envidioso y deseas que los demás pierdan lo que tienen para tenerlo tú, eres un hipócrita (Gálatas 5:26; Proverbios 23:17; Salmos 37:1; Proverbios 24:1; Proverbios 24:19; Mateo 23:27); si enseñas del amor de Dios, pero no crees en Dios ni en su gracia ni en el amor, eres un hipócrita (Mateo 5:46-48; 1 Juan 4; 1 Pedro 4:8; Santiago 3:10; Lucas 11:39); si enseñas que está mal abortar, pero abortas o juzgas a quien no aborta para tener a su bebé, eres un hipócrita (Mateo 15:8; Romanos 10:3; Mateo 23:28; Romanos 2:3).

Comienza a pensar lo que dices y haces (Mateo 7:3-6; Lucas 6:42; Mateo 15:7-8), busca tener coherencia en tus acciones y que todas esas acciones apunten a un mismo camino que te lleve hacia Dios (Colosenses 3:22-25; 2 Crónicas 6:30; 2 Crónicas 7:14). ¡Cómo es que tú, quien dice ser seguidor de Cristo, haces que una joven que entra a la iglesia embarazada se sienta juzgada! “Está embarazada, no está casada, quien sabe con cuantos se metió” (Santiago 4:11; Salmos 52:2; Santiago 3:5; Salmos 140:3; Salmos 101:5; Levítico 19:16; Proverbios 16:28; Salmos 15:3; Proverbios 26:20; Proverbios 10:18; Éxodo 23:1), sí es verdad que no somos perfectos, pero eso tampoco justifica que, sabiendo que está mal que lo hagamos, aun así, lo sigas haciendo (1 Pedro 2:21-22). 


Jesús nos dice que todos hemos pecado y todos merecemos la muerte a causa de eso (Romanos 6:23), por ende, no eres mejor que nadie y no deberías juzgar así a tu hermana, más bien acércate si tanto te importa y préstale una mano amiga (1 Tesalonicenses 5:8-11; Gálatas 6:2). Las personas tienen necesidad de amor, de misericordia, ofrece tu ayuda y no la niegues si la tienes (Juan 13:34; Efesios 4:32; Proverbios 3:27; Mateo 23:11; Mateo 20:28; Lucas 22:27; Mateo 25:40; Tito 3:8; Mateo 22:37-39; Mateo 5:16; Isaías 1:17; Lucas 6:38; Mateo 5:42; Mateo 25:35-40; Lucas 3:10-11; Gálatas 6:2; Romanos 12:8; Romanos 12:13; Filipenses 2:4; Romanos 15:1; Proverbios 28:27; Proverbios 14:31; 1 Juan 3:17; Hechos 20:35; Hebreos 13:16; Proverbios 11:25; Lucas 10:30-37).

¡Defiende la palabra y la justicia de Dios! No defiendas esta perversidad (Proverbios 31:8; 1 Pedro 2:21; 1 Pedro 3:13-22; Proverbios 12:8; Proverbios 11:3; Proverbios 28:6), es preferible que los demás te vean como religioso (Filipenses 3:10; Mateo 10:38), como alguien radical, a que mañana estés en frente a Dios y no sepas dónde ocultar tu vergüenza de Él (2 Timoteo 2:15; Salmos 119:5-6). Es preferible defender la palabra de Dios que no hacerlo por el miedo al “qué dirán los demás”, por querer vernos más “cool” (Mateo 10:32-39; Romanos 1:16-17; 2 Timoteo 1:8; 1 Pedro 4:16; Salmos 25:4-22), vergüenza deberían tener los demás que prefieren seguir ciegos y sordos, no tendrán excusas (1 Juan 2:28; Romanos 1:20; Mateo 10:39; Isaías 45:16; Salmos 25:1-3).

Debemos estar firmes en los principios que Dios quiere que tengamos (Filipenses 4:1; Salmo 119:11; Job 22:22; Josué 1:8; 1 Pedro 2:19-25; Colosenses 1:15-23; Efesios 6:11-13; 1 Pedro 5:9; Hebreo 3 :14; 2 Tesalonicenses 1:27), así como las parteras que no mataron a los bebés hebreos por orden del nuevo faraón de Egipto (Salmos 139:13-16), no olvidemos que en Estados Unidos se va en busca de una ley que apruebe el abortar a un bebé de hasta 9 meses, ¡No perdamos el temor de Dios! (Salmo 103:13; Salmo 111:10) La palabra “temor” en la biblia es utilizada como “respeto”, “admiración y sumisión hacia Dios y su voluntad”.

Es increíble como “saltamos” y defendemos nuestros ideales para vivir cómodos, pero no haríamos lo mismo por la palabra de Dios; es sorprendente el “cristiano” que dice “yo soy cristiano, pero no creo en esto y esto de la biblia, en esto y esto sí”. Eso no es el cristianismo, no es un menú o un buffet, el cristianismo es la respuesta a esta pregunta: ¿Crees o no crees en la palabra de Dios? ¿Crees o no crees que Jesús es Dios, que murió en la cruz por ti y por mí? Cualquier otra cosa que salga de esto no es lo que Dios quiere que creamos. 


El único evangelio es que tú y yo tenemos una naturaleza pecaminosa (Isaías 64:6; Romanos 8:1-15; Romanos 7:15), con una necesidad increíble de un salvador (Efesios 1:3-14; Romanos 3:23-24; Colosenses 1:13-14), que Dios mandó a su hijo a morir (Juan 17; Filipenses 2:6-8; 1 Pedro 1:18-19; Hebreos 9:15), que resucitó al tercer día (Efesios 1:15-23; Mateo 28:5-6; Marcos 16:6; Lucas 24:6-7; 1 Corintios 15:3-4; Hebreos 13:20-21; Mateo 20:18-19; Juan 20:8-9; Hechos 3:26) y que tenemos que creer en Él, creer en su sacrificio (Romanos 9:30-33; Romanos 5:19; Romanos 10:8-10; 1 Juan 4:10; 1 Juan 2:11; Gálatas 2:20; Hebreos 5:9; Romanos 5:10; 1 Tesalonicenses 4:14), creer que Él es Dios y solamente a través de eso podemos obtener salvación y que una vez que obtenemos esa salvación, hay una transformación en nuestras vidas (Gálatas 2:20; 1 Pedro 1:8-9; Romanos 6:5-6; 2 Corintios 1:5; 2 Corintios 5:17; Efesios 4:24; Romanos 6:6; 1 Pedro 1:3; Colosenses 3:10; Efesios 1:7; Hebreos 7:25; Hebreos 12:2).




Y si por alguna razón tú, mujer, que llegaste aquí y no sabías todo esto, pero ya abortaste y tienes culpa y arrepentimiento, tengo algo que decirte: Dios es un Dios de misericordia, es un Dios de perdón (Éxodo 34:6-7; Salmo 63:3; Hebreos 4:16; 2 Crónicas 30:9). Si tú te arrepientes, hay perdón (1 Juan 1:9; Lucas 13:1-9; Lucas 15:7). Dios hace las cosas nuevas, cuando hay un genuino arrepentimiento, cuando creemos en el sacrificio de Jesús (Hechos 17:30-31). Tu salvador es Jesús, no es la ley ni la justicia humana (Juan 8:12; Efesios 2:4-5; Isaías 30:18; Romanos 3:21-22).


Y tú, creyente, que conoces a quien abortó y te pide ayuda, ayúdala (Proverbios 3:27; 1 Juan 3:17; Gálatas 6:10; Hebreos 13:16; 2 Tesalonicenses 3:13); dale consuelo en su dolor y angustia (Salmos 145:14; 2 Corintios 1:3-4; 1 Tesalonicenses 4:18; Romanos 15:5); llévala a Dios, si te lo permite; ora por ella (1 Timoteo 2:1-4; Gálatas 6:2; Efesios 6:18; Santiago 5:14-16; Efesios 1:16; Filemón 1:4; Lucas 22:32). Pero creyente, tú que dices ser seguidor de Jesús, oye lo que te digo: no abraces el pecado, abraza la persona; no apoyes lo que hizo, apóyala en su situación de necesidad; no aplaudas las decisiones que tomó, pero muéstrale que Dios es amoroso, que perdona y que quiere que ella lo conozca.


Nosotros no podemos juzgar a los demás condenándolos (Romanos 8:33-39; Lucas 6:37; Romanos 14:12), en nuestra mente podemos juzgar las acciones de modo que entendamos que son malas y distinguir entre el bien y el mal, lo que es correcto y lo que no (2 Samuel 19:35; Proverbios 27:12; Juan 7:24; Hechos 4:19; 1 Corintios 10:15; ), pero cuando en la palabra del Señor nos dice que no juzguemos a los demás, se habla de un juzgar condenatorio, y nosotros no somos nadie para condenar a los demás (Santiago 4:11-12). Muéstrale a esa mujer que eres un hijo de Dios (Romanos 8:14; Mateo 5:9) y que en ti puede encontrar un amigo, pero en Dios puede encontrar al mejor de los amigos del universo y Él la guiará por el buen camino (Isaías 41:10; 1 Corintios 1:10). Y si conoces a una mujer que quiere abortar (por cualquier razón que sea) no solo le digas, “no abortes”, pregúntale: “¿Cómo te puedo ayudar? Aquí estoy para ti” (Juan 14:16-17; 1 Juan 3:17), eso será más útil para ella que una orden.

 
Quiero que prestes atención a que no favorezco a los creyentes por sobre los no creyentes (Hechos 15:8-9), quiero que presten mucha atención a que no digo que unos sean mejores que otros (Romanos 3:9), por ultimo quiero que prestes atención a que ambos lados tienen cosas que mejorar (Romanos 12:2; Colosenses 3:5-8), por eso: no te compares con otro para recién ahí hacer lo que es correcto (Colosenses 3:9-17), haz lo que debes hacer a pesar de que todos te señalen, te llamen loco y te rechacen (1 Juan 4:5-6; Lucas 10:16; 1 Samuel 16:7). Lo que haces en tu vida no lo haces por los demás, lo haces para agradar a Dios (Romanos 8:8). Si Dios aborrece el asesinato de una nueva vida, entonces no vayas en contra de Él.
 
- o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o -
 
"Incluso 
la persona más pequeña 
puede 
cambiar el curso del futuro" 
J.R.R. Tolkien 


- o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o -
 
Muchas bendiciones, esperamos que les haya sido de ayuda y hayamos respondido sus dudas, y si creamos nuevas qué bendición, ya que esperamos poder seguir respondiendo muchas otras preguntas. ¡Dios los bendiga!

Por: "Jessica, hija de Dios"
 

Una cosa que se debe señalar y recordar es que nosotros no somos perfectos y por eso es que necesitamos a Jesús, nuestro salvador (Romanos 1...