No juzgues a la mujer que decidió tener su bebé a pesar de no estar casada

diciembre 15, 2020 Dios es Amor 0 Comments


Una cosa que se debe señalar y recordar es que nosotros no somos perfectos y por eso es que necesitamos a Jesús, nuestro salvador (Romanos 10:11-13). Cuando vayas a una iglesia, no pienses que ahí encontrarás gente perfecta: encontrarás gente rota que busca a Dios por diferentes razones, que tiene diferentes problemas, que busca desaferrarse de distintos pecados como: el juzgar a los demás, el ser envidiosos, la infidelidad, el egoísmo, la pereza, la codicia, etc. 


No debes dejarte guiar por ellos, por su hipocresía, ni dejar que algunos puedan alejarte de Dios (porque muchos son los que se alejan de la iglesia a causa de algunos hipócritas y dicen, “No voy porque no soporto a la gente doble cara, doble moral, es más, ni siquiera intentaré buscar otra iglesia, porque todas son iguales”, pero en su casa no leen la biblia ni un día de la semana porque dicen no tener tiempo para Dios en sus vidas. ¿Dónde está la hipocresía? Si no vas a la iglesia a escuchar la palabra de Dios, ¿al menos sí lo haces en tu casa? Quien no pasa tiempo con Dios, no conoce a Dios: Santiago 4:8; Romanos 10:8-17; Juan 14:23-24; 1 Juan 1:6).

Si la gente de la iglesia busca rebajarte a causa del bebé que decidiste no abortar, pues allá ellos, ya tendrán que dar explicaciones a alguien más grande, Dios (Isaías 10:10-13; Apocalipsis 22:12-13). Cada vez que alguien te señale y juzgue con cualquier denominación insultante y degradante, recuerda que Jesús nos dijo que sufriríamos aflicciones por seguirlo y hacer lo que es correcto (Juan 14:20-21; 1 Pedro 4:15-19; Juan 16:33; Filipenses 1:29), que Él traería divisiones incluso en la familia (Mateo 10:34-39; Juan 14:19), recuerda que Él sufrió por salvarnos (Juan 14:18; Juan 14:25; Isaías 53:3-4), tal vez tú sufras por tener a tu bebé, pero Dios promete que no va a ser por mucho (Romanos 8:18; Salmo 34:19), Dios promete que hará grandes cosas de tu dolor (2 Corintios 12:9-10; 1 Pedro 5:10; 2 Corintios 4:17), Él te está formando a base de fuego (2 Corintios 1:3-4; Romanos 5:3-4), te vuelve una creación más hermosa y eso no es algo de qué avergonzarse (Mateo 5:10-12; Lucas 6:20-23; Romanos 1:16-17). 


Allá todos ellos, tú sabes que a los ojos de Dios lo que decidiste fue lo correcto, quizá tener relaciones antes del matrimonio no lo fuera, pero aceptar las consecuencias y ser responsable sí lo es. No haces nada malo al decidir arrepentirte de tus pecados pasados y cuidar a tu bebé sabiendo que Dios ya te perdonó y que Él quiere que lo protejas, ¡Vive feliz y no dejes que nadie te quite el gozo! (Juan 15:10-11; 1 Pedro 3:14; Juan 6:22; Salmos 37:4) Eso sí, cuando te arrepientas de algo, no pienses que es magia, como decir “ábrete sésamo” y todas las puertas se abren sin rechistar. 


A cualquiera puedes engañar, pero a Dios no (Gálatas 6:7-9). El perdona a los arrepentidos, pero no vas a lograr, por más que lo intentes, que Dios te perdone si le pides perdón, pero por dentro dices “lo volveré a hacer y volveré a pedir perdón para salvarme del castigo” (Isaías 47:10-15; 1 Corintios 3:18-23; Santiago 1:19-27; 1 Juan 1:6-8), eso es jugar con Dios y subestimarlo, Dios conoce los secretos del corazón (Marcos 2:8; Lucas 16:15; Hechos 15:8; 1 Reyes 8:39; Proverbios 15:11; Jeremías 20:12; ) y no le agradan los mentirosos (Proverbios 12:22; Salmos 5:6; Colosenses 3:9; Éxodo 20:16; Salmos 55:23; Apocalipsis 21:8; Proverbios 19:9; Juan 8:44).




Y para ti, creyente, defensor de las dos vidas, comienza a reconsiderar tu comportamiento y no te pongas en un pedestal (Romanos 3:9-18; 1 Juan 1:8-10; Lucas 18:9-14). 


Si enseñas a perdonar, pero no perdonas y te llenas de rencores y odio, eres hipócrita (Proverbios 17:9; Mateo 6:14; Mateo 23:23-25; Proverbios 26:24; Efesios 4:32; Mateo 6:14; Colosenses 3:13; Lucas 6:37; Mateo 18:21-22; Marcos 11:25); si enseñar a no envidiar, pero eres un envidioso y deseas que los demás pierdan lo que tienen para tenerlo tú, eres un hipócrita (Gálatas 5:26; Proverbios 23:17; Salmos 37:1; Proverbios 24:1; Proverbios 24:19; Mateo 23:27); si enseñas del amor de Dios, pero no crees en Dios ni en su gracia ni en el amor, eres un hipócrita (Mateo 5:46-48; 1 Juan 4; 1 Pedro 4:8; Santiago 3:10; Lucas 11:39); si enseñas que está mal abortar, pero abortas o juzgas a quien no aborta para tener a su bebé, eres un hipócrita (Mateo 15:8; Romanos 10:3; Mateo 23:28; Romanos 2:3).

Comienza a pensar lo que dices y haces (Mateo 7:3-6; Lucas 6:42; Mateo 15:7-8), busca tener coherencia en tus acciones y que todas esas acciones apunten a un mismo camino que te lleve hacia Dios (Colosenses 3:22-25; 2 Crónicas 6:30; 2 Crónicas 7:14). ¡Cómo es que tú, quien dice ser seguidor de Cristo, haces que una joven que entra a la iglesia embarazada se sienta juzgada! “Está embarazada, no está casada, quien sabe con cuantos se metió” (Santiago 4:11; Salmos 52:2; Santiago 3:5; Salmos 140:3; Salmos 101:5; Levítico 19:16; Proverbios 16:28; Salmos 15:3; Proverbios 26:20; Proverbios 10:18; Éxodo 23:1), sí es verdad que no somos perfectos, pero eso tampoco justifica que, sabiendo que está mal que lo hagamos, aun así, lo sigas haciendo (1 Pedro 2:21-22). 


Jesús nos dice que todos hemos pecado y todos merecemos la muerte a causa de eso (Romanos 6:23), por ende, no eres mejor que nadie y no deberías juzgar así a tu hermana, más bien acércate si tanto te importa y préstale una mano amiga (1 Tesalonicenses 5:8-11; Gálatas 6:2). Las personas tienen necesidad de amor, de misericordia, ofrece tu ayuda y no la niegues si la tienes (Juan 13:34; Efesios 4:32; Proverbios 3:27; Mateo 23:11; Mateo 20:28; Lucas 22:27; Mateo 25:40; Tito 3:8; Mateo 22:37-39; Mateo 5:16; Isaías 1:17; Lucas 6:38; Mateo 5:42; Mateo 25:35-40; Lucas 3:10-11; Gálatas 6:2; Romanos 12:8; Romanos 12:13; Filipenses 2:4; Romanos 15:1; Proverbios 28:27; Proverbios 14:31; 1 Juan 3:17; Hechos 20:35; Hebreos 13:16; Proverbios 11:25; Lucas 10:30-37).

¡Defiende la palabra y la justicia de Dios! No defiendas esta perversidad (Proverbios 31:8; 1 Pedro 2:21; 1 Pedro 3:13-22; Proverbios 12:8; Proverbios 11:3; Proverbios 28:6), es preferible que los demás te vean como religioso (Filipenses 3:10; Mateo 10:38), como alguien radical, a que mañana estés en frente a Dios y no sepas dónde ocultar tu vergüenza de Él (2 Timoteo 2:15; Salmos 119:5-6). Es preferible defender la palabra de Dios que no hacerlo por el miedo al “qué dirán los demás”, por querer vernos más “cool” (Mateo 10:32-39; Romanos 1:16-17; 2 Timoteo 1:8; 1 Pedro 4:16; Salmos 25:4-22), vergüenza deberían tener los demás que prefieren seguir ciegos y sordos, no tendrán excusas (1 Juan 2:28; Romanos 1:20; Mateo 10:39; Isaías 45:16; Salmos 25:1-3).

Debemos estar firmes en los principios que Dios quiere que tengamos (Filipenses 4:1; Salmo 119:11; Job 22:22; Josué 1:8; 1 Pedro 2:19-25; Colosenses 1:15-23; Efesios 6:11-13; 1 Pedro 5:9; Hebreo 3 :14; 2 Tesalonicenses 1:27), así como las parteras que no mataron a los bebés hebreos por orden del nuevo faraón de Egipto (Salmos 139:13-16), no olvidemos que en Estados Unidos se va en busca de una ley que apruebe el abortar a un bebé de hasta 9 meses, ¡No perdamos el temor de Dios! (Salmo 103:13; Salmo 111:10) La palabra “temor” en la biblia es utilizada como “respeto”, “admiración y sumisión hacia Dios y su voluntad”.

Es increíble como “saltamos” y defendemos nuestros ideales para vivir cómodos, pero no haríamos lo mismo por la palabra de Dios; es sorprendente el “cristiano” que dice “yo soy cristiano, pero no creo en esto y esto de la biblia, en esto y esto sí”. Eso no es el cristianismo, no es un menú o un buffet, el cristianismo es la respuesta a esta pregunta: ¿Crees o no crees en la palabra de Dios? ¿Crees o no crees que Jesús es Dios, que murió en la cruz por ti y por mí? Cualquier otra cosa que salga de esto no es lo que Dios quiere que creamos. 


El único evangelio es que tú y yo tenemos una naturaleza pecaminosa (Isaías 64:6; Romanos 8:1-15; Romanos 7:15), con una necesidad increíble de un salvador (Efesios 1:3-14; Romanos 3:23-24; Colosenses 1:13-14), que Dios mandó a su hijo a morir (Juan 17; Filipenses 2:6-8; 1 Pedro 1:18-19; Hebreos 9:15), que resucitó al tercer día (Efesios 1:15-23; Mateo 28:5-6; Marcos 16:6; Lucas 24:6-7; 1 Corintios 15:3-4; Hebreos 13:20-21; Mateo 20:18-19; Juan 20:8-9; Hechos 3:26) y que tenemos que creer en Él, creer en su sacrificio (Romanos 9:30-33; Romanos 5:19; Romanos 10:8-10; 1 Juan 4:10; 1 Juan 2:11; Gálatas 2:20; Hebreos 5:9; Romanos 5:10; 1 Tesalonicenses 4:14), creer que Él es Dios y solamente a través de eso podemos obtener salvación y que una vez que obtenemos esa salvación, hay una transformación en nuestras vidas (Gálatas 2:20; 1 Pedro 1:8-9; Romanos 6:5-6; 2 Corintios 1:5; 2 Corintios 5:17; Efesios 4:24; Romanos 6:6; 1 Pedro 1:3; Colosenses 3:10; Efesios 1:7; Hebreos 7:25; Hebreos 12:2).




Y si por alguna razón tú, mujer, que llegaste aquí y no sabías todo esto, pero ya abortaste y tienes culpa y arrepentimiento, tengo algo que decirte: Dios es un Dios de misericordia, es un Dios de perdón (Éxodo 34:6-7; Salmo 63:3; Hebreos 4:16; 2 Crónicas 30:9). Si tú te arrepientes, hay perdón (1 Juan 1:9; Lucas 13:1-9; Lucas 15:7). Dios hace las cosas nuevas, cuando hay un genuino arrepentimiento, cuando creemos en el sacrificio de Jesús (Hechos 17:30-31). Tu salvador es Jesús, no es la ley ni la justicia humana (Juan 8:12; Efesios 2:4-5; Isaías 30:18; Romanos 3:21-22).


Y tú, creyente, que conoces a quien abortó y te pide ayuda, ayúdala (Proverbios 3:27; 1 Juan 3:17; Gálatas 6:10; Hebreos 13:16; 2 Tesalonicenses 3:13); dale consuelo en su dolor y angustia (Salmos 145:14; 2 Corintios 1:3-4; 1 Tesalonicenses 4:18; Romanos 15:5); llévala a Dios, si te lo permite; ora por ella (1 Timoteo 2:1-4; Gálatas 6:2; Efesios 6:18; Santiago 5:14-16; Efesios 1:16; Filemón 1:4; Lucas 22:32). Pero creyente, tú que dices ser seguidor de Jesús, oye lo que te digo: no abraces el pecado, abraza la persona; no apoyes lo que hizo, apóyala en su situación de necesidad; no aplaudas las decisiones que tomó, pero muéstrale que Dios es amoroso, que perdona y que quiere que ella lo conozca.


Nosotros no podemos juzgar a los demás condenándolos (Romanos 8:33-39; Lucas 6:37; Romanos 14:12), en nuestra mente podemos juzgar las acciones de modo que entendamos que son malas y distinguir entre el bien y el mal, lo que es correcto y lo que no (2 Samuel 19:35; Proverbios 27:12; Juan 7:24; Hechos 4:19; 1 Corintios 10:15; ), pero cuando en la palabra del Señor nos dice que no juzguemos a los demás, se habla de un juzgar condenatorio, y nosotros no somos nadie para condenar a los demás (Santiago 4:11-12). Muéstrale a esa mujer que eres un hijo de Dios (Romanos 8:14; Mateo 5:9) y que en ti puede encontrar un amigo, pero en Dios puede encontrar al mejor de los amigos del universo y Él la guiará por el buen camino (Isaías 41:10; 1 Corintios 1:10). Y si conoces a una mujer que quiere abortar (por cualquier razón que sea) no solo le digas, “no abortes”, pregúntale: “¿Cómo te puedo ayudar? Aquí estoy para ti” (Juan 14:16-17; 1 Juan 3:17), eso será más útil para ella que una orden.

 
Quiero que prestes atención a que no favorezco a los creyentes por sobre los no creyentes (Hechos 15:8-9), quiero que presten mucha atención a que no digo que unos sean mejores que otros (Romanos 3:9), por ultimo quiero que prestes atención a que ambos lados tienen cosas que mejorar (Romanos 12:2; Colosenses 3:5-8), por eso: no te compares con otro para recién ahí hacer lo que es correcto (Colosenses 3:9-17), haz lo que debes hacer a pesar de que todos te señalen, te llamen loco y te rechacen (1 Juan 4:5-6; Lucas 10:16; 1 Samuel 16:7). Lo que haces en tu vida no lo haces por los demás, lo haces para agradar a Dios (Romanos 8:8). Si Dios aborrece el asesinato de una nueva vida, entonces no vayas en contra de Él.
 
- o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o -
 
"Incluso 
la persona más pequeña 
puede 
cambiar el curso del futuro" 
J.R.R. Tolkien 


- o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o -
 
Muchas bendiciones, esperamos que les haya sido de ayuda y hayamos respondido sus dudas, y si creamos nuevas qué bendición, ya que esperamos poder seguir respondiendo muchas otras preguntas. ¡Dios los bendiga!

Por: "Jessica, hija de Dios"
 

Una cosa que se debe señalar y recordar es que nosotros no somos perfectos y por eso es que necesitamos a Jesús, nuestro salvador (Romanos 1...