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Una cosa que se debe señalar y recordar es que nosotros no somos perfectos y por eso es que necesitamos a Jesús, nuestro salvador (Romanos 10:11-13). Cuando vayas a una iglesia, no pienses que ahí encontrarás gente perfecta: encontrarás gente rota que busca a Dios por diferentes razones, que tiene diferentes problemas, que busca desaferrarse de distintos pecados como: el juzgar a los demás, el ser envidiosos, la infidelidad, el egoísmo, la pereza, la codicia, etc. 


No debes dejarte guiar por ellos, por su hipocresía, ni dejar que algunos puedan alejarte de Dios (porque muchos son los que se alejan de la iglesia a causa de algunos hipócritas y dicen, “No voy porque no soporto a la gente doble cara, doble moral, es más, ni siquiera intentaré buscar otra iglesia, porque todas son iguales”, pero en su casa no leen la biblia ni un día de la semana porque dicen no tener tiempo para Dios en sus vidas. ¿Dónde está la hipocresía? Si no vas a la iglesia a escuchar la palabra de Dios, ¿al menos sí lo haces en tu casa? Quien no pasa tiempo con Dios, no conoce a Dios: Santiago 4:8; Romanos 10:8-17; Juan 14:23-24; 1 Juan 1:6).

Si la gente de la iglesia busca rebajarte a causa del bebé que decidiste no abortar, pues allá ellos, ya tendrán que dar explicaciones a alguien más grande, Dios (Isaías 10:10-13; Apocalipsis 22:12-13). Cada vez que alguien te señale y juzgue con cualquier denominación insultante y degradante, recuerda que Jesús nos dijo que sufriríamos aflicciones por seguirlo y hacer lo que es correcto (Juan 14:20-21; 1 Pedro 4:15-19; Juan 16:33; Filipenses 1:29), que Él traería divisiones incluso en la familia (Mateo 10:34-39; Juan 14:19), recuerda que Él sufrió por salvarnos (Juan 14:18; Juan 14:25; Isaías 53:3-4), tal vez tú sufras por tener a tu bebé, pero Dios promete que no va a ser por mucho (Romanos 8:18; Salmo 34:19), Dios promete que hará grandes cosas de tu dolor (2 Corintios 12:9-10; 1 Pedro 5:10; 2 Corintios 4:17), Él te está formando a base de fuego (2 Corintios 1:3-4; Romanos 5:3-4), te vuelve una creación más hermosa y eso no es algo de qué avergonzarse (Mateo 5:10-12; Lucas 6:20-23; Romanos 1:16-17). 


Allá todos ellos, tú sabes que a los ojos de Dios lo que decidiste fue lo correcto, quizá tener relaciones antes del matrimonio no lo fuera, pero aceptar las consecuencias y ser responsable sí lo es. No haces nada malo al decidir arrepentirte de tus pecados pasados y cuidar a tu bebé sabiendo que Dios ya te perdonó y que Él quiere que lo protejas, ¡Vive feliz y no dejes que nadie te quite el gozo! (Juan 15:10-11; 1 Pedro 3:14; Juan 6:22; Salmos 37:4) Eso sí, cuando te arrepientas de algo, no pienses que es magia, como decir “ábrete sésamo” y todas las puertas se abren sin rechistar. 


A cualquiera puedes engañar, pero a Dios no (Gálatas 6:7-9). El perdona a los arrepentidos, pero no vas a lograr, por más que lo intentes, que Dios te perdone si le pides perdón, pero por dentro dices “lo volveré a hacer y volveré a pedir perdón para salvarme del castigo” (Isaías 47:10-15; 1 Corintios 3:18-23; Santiago 1:19-27; 1 Juan 1:6-8), eso es jugar con Dios y subestimarlo, Dios conoce los secretos del corazón (Marcos 2:8; Lucas 16:15; Hechos 15:8; 1 Reyes 8:39; Proverbios 15:11; Jeremías 20:12; ) y no le agradan los mentirosos (Proverbios 12:22; Salmos 5:6; Colosenses 3:9; Éxodo 20:16; Salmos 55:23; Apocalipsis 21:8; Proverbios 19:9; Juan 8:44).




Y para ti, creyente, defensor de las dos vidas, comienza a reconsiderar tu comportamiento y no te pongas en un pedestal (Romanos 3:9-18; 1 Juan 1:8-10; Lucas 18:9-14). 


Si enseñas a perdonar, pero no perdonas y te llenas de rencores y odio, eres hipócrita (Proverbios 17:9; Mateo 6:14; Mateo 23:23-25; Proverbios 26:24; Efesios 4:32; Mateo 6:14; Colosenses 3:13; Lucas 6:37; Mateo 18:21-22; Marcos 11:25); si enseñar a no envidiar, pero eres un envidioso y deseas que los demás pierdan lo que tienen para tenerlo tú, eres un hipócrita (Gálatas 5:26; Proverbios 23:17; Salmos 37:1; Proverbios 24:1; Proverbios 24:19; Mateo 23:27); si enseñas del amor de Dios, pero no crees en Dios ni en su gracia ni en el amor, eres un hipócrita (Mateo 5:46-48; 1 Juan 4; 1 Pedro 4:8; Santiago 3:10; Lucas 11:39); si enseñas que está mal abortar, pero abortas o juzgas a quien no aborta para tener a su bebé, eres un hipócrita (Mateo 15:8; Romanos 10:3; Mateo 23:28; Romanos 2:3).

Comienza a pensar lo que dices y haces (Mateo 7:3-6; Lucas 6:42; Mateo 15:7-8), busca tener coherencia en tus acciones y que todas esas acciones apunten a un mismo camino que te lleve hacia Dios (Colosenses 3:22-25; 2 Crónicas 6:30; 2 Crónicas 7:14). ¡Cómo es que tú, quien dice ser seguidor de Cristo, haces que una joven que entra a la iglesia embarazada se sienta juzgada! “Está embarazada, no está casada, quien sabe con cuantos se metió” (Santiago 4:11; Salmos 52:2; Santiago 3:5; Salmos 140:3; Salmos 101:5; Levítico 19:16; Proverbios 16:28; Salmos 15:3; Proverbios 26:20; Proverbios 10:18; Éxodo 23:1), sí es verdad que no somos perfectos, pero eso tampoco justifica que, sabiendo que está mal que lo hagamos, aun así, lo sigas haciendo (1 Pedro 2:21-22). 


Jesús nos dice que todos hemos pecado y todos merecemos la muerte a causa de eso (Romanos 6:23), por ende, no eres mejor que nadie y no deberías juzgar así a tu hermana, más bien acércate si tanto te importa y préstale una mano amiga (1 Tesalonicenses 5:8-11; Gálatas 6:2). Las personas tienen necesidad de amor, de misericordia, ofrece tu ayuda y no la niegues si la tienes (Juan 13:34; Efesios 4:32; Proverbios 3:27; Mateo 23:11; Mateo 20:28; Lucas 22:27; Mateo 25:40; Tito 3:8; Mateo 22:37-39; Mateo 5:16; Isaías 1:17; Lucas 6:38; Mateo 5:42; Mateo 25:35-40; Lucas 3:10-11; Gálatas 6:2; Romanos 12:8; Romanos 12:13; Filipenses 2:4; Romanos 15:1; Proverbios 28:27; Proverbios 14:31; 1 Juan 3:17; Hechos 20:35; Hebreos 13:16; Proverbios 11:25; Lucas 10:30-37).

¡Defiende la palabra y la justicia de Dios! No defiendas esta perversidad (Proverbios 31:8; 1 Pedro 2:21; 1 Pedro 3:13-22; Proverbios 12:8; Proverbios 11:3; Proverbios 28:6), es preferible que los demás te vean como religioso (Filipenses 3:10; Mateo 10:38), como alguien radical, a que mañana estés en frente a Dios y no sepas dónde ocultar tu vergüenza de Él (2 Timoteo 2:15; Salmos 119:5-6). Es preferible defender la palabra de Dios que no hacerlo por el miedo al “qué dirán los demás”, por querer vernos más “cool” (Mateo 10:32-39; Romanos 1:16-17; 2 Timoteo 1:8; 1 Pedro 4:16; Salmos 25:4-22), vergüenza deberían tener los demás que prefieren seguir ciegos y sordos, no tendrán excusas (1 Juan 2:28; Romanos 1:20; Mateo 10:39; Isaías 45:16; Salmos 25:1-3).

Debemos estar firmes en los principios que Dios quiere que tengamos (Filipenses 4:1; Salmo 119:11; Job 22:22; Josué 1:8; 1 Pedro 2:19-25; Colosenses 1:15-23; Efesios 6:11-13; 1 Pedro 5:9; Hebreo 3 :14; 2 Tesalonicenses 1:27), así como las parteras que no mataron a los bebés hebreos por orden del nuevo faraón de Egipto (Salmos 139:13-16), no olvidemos que en Estados Unidos se va en busca de una ley que apruebe el abortar a un bebé de hasta 9 meses, ¡No perdamos el temor de Dios! (Salmo 103:13; Salmo 111:10) La palabra “temor” en la biblia es utilizada como “respeto”, “admiración y sumisión hacia Dios y su voluntad”.

Es increíble como “saltamos” y defendemos nuestros ideales para vivir cómodos, pero no haríamos lo mismo por la palabra de Dios; es sorprendente el “cristiano” que dice “yo soy cristiano, pero no creo en esto y esto de la biblia, en esto y esto sí”. Eso no es el cristianismo, no es un menú o un buffet, el cristianismo es la respuesta a esta pregunta: ¿Crees o no crees en la palabra de Dios? ¿Crees o no crees que Jesús es Dios, que murió en la cruz por ti y por mí? Cualquier otra cosa que salga de esto no es lo que Dios quiere que creamos. 


El único evangelio es que tú y yo tenemos una naturaleza pecaminosa (Isaías 64:6; Romanos 8:1-15; Romanos 7:15), con una necesidad increíble de un salvador (Efesios 1:3-14; Romanos 3:23-24; Colosenses 1:13-14), que Dios mandó a su hijo a morir (Juan 17; Filipenses 2:6-8; 1 Pedro 1:18-19; Hebreos 9:15), que resucitó al tercer día (Efesios 1:15-23; Mateo 28:5-6; Marcos 16:6; Lucas 24:6-7; 1 Corintios 15:3-4; Hebreos 13:20-21; Mateo 20:18-19; Juan 20:8-9; Hechos 3:26) y que tenemos que creer en Él, creer en su sacrificio (Romanos 9:30-33; Romanos 5:19; Romanos 10:8-10; 1 Juan 4:10; 1 Juan 2:11; Gálatas 2:20; Hebreos 5:9; Romanos 5:10; 1 Tesalonicenses 4:14), creer que Él es Dios y solamente a través de eso podemos obtener salvación y que una vez que obtenemos esa salvación, hay una transformación en nuestras vidas (Gálatas 2:20; 1 Pedro 1:8-9; Romanos 6:5-6; 2 Corintios 1:5; 2 Corintios 5:17; Efesios 4:24; Romanos 6:6; 1 Pedro 1:3; Colosenses 3:10; Efesios 1:7; Hebreos 7:25; Hebreos 12:2).




Y si por alguna razón tú, mujer, que llegaste aquí y no sabías todo esto, pero ya abortaste y tienes culpa y arrepentimiento, tengo algo que decirte: Dios es un Dios de misericordia, es un Dios de perdón (Éxodo 34:6-7; Salmo 63:3; Hebreos 4:16; 2 Crónicas 30:9). Si tú te arrepientes, hay perdón (1 Juan 1:9; Lucas 13:1-9; Lucas 15:7). Dios hace las cosas nuevas, cuando hay un genuino arrepentimiento, cuando creemos en el sacrificio de Jesús (Hechos 17:30-31). Tu salvador es Jesús, no es la ley ni la justicia humana (Juan 8:12; Efesios 2:4-5; Isaías 30:18; Romanos 3:21-22).


Y tú, creyente, que conoces a quien abortó y te pide ayuda, ayúdala (Proverbios 3:27; 1 Juan 3:17; Gálatas 6:10; Hebreos 13:16; 2 Tesalonicenses 3:13); dale consuelo en su dolor y angustia (Salmos 145:14; 2 Corintios 1:3-4; 1 Tesalonicenses 4:18; Romanos 15:5); llévala a Dios, si te lo permite; ora por ella (1 Timoteo 2:1-4; Gálatas 6:2; Efesios 6:18; Santiago 5:14-16; Efesios 1:16; Filemón 1:4; Lucas 22:32). Pero creyente, tú que dices ser seguidor de Jesús, oye lo que te digo: no abraces el pecado, abraza la persona; no apoyes lo que hizo, apóyala en su situación de necesidad; no aplaudas las decisiones que tomó, pero muéstrale que Dios es amoroso, que perdona y que quiere que ella lo conozca.


Nosotros no podemos juzgar a los demás condenándolos (Romanos 8:33-39; Lucas 6:37; Romanos 14:12), en nuestra mente podemos juzgar las acciones de modo que entendamos que son malas y distinguir entre el bien y el mal, lo que es correcto y lo que no (2 Samuel 19:35; Proverbios 27:12; Juan 7:24; Hechos 4:19; 1 Corintios 10:15; ), pero cuando en la palabra del Señor nos dice que no juzguemos a los demás, se habla de un juzgar condenatorio, y nosotros no somos nadie para condenar a los demás (Santiago 4:11-12). Muéstrale a esa mujer que eres un hijo de Dios (Romanos 8:14; Mateo 5:9) y que en ti puede encontrar un amigo, pero en Dios puede encontrar al mejor de los amigos del universo y Él la guiará por el buen camino (Isaías 41:10; 1 Corintios 1:10). Y si conoces a una mujer que quiere abortar (por cualquier razón que sea) no solo le digas, “no abortes”, pregúntale: “¿Cómo te puedo ayudar? Aquí estoy para ti” (Juan 14:16-17; 1 Juan 3:17), eso será más útil para ella que una orden.

 
Quiero que prestes atención a que no favorezco a los creyentes por sobre los no creyentes (Hechos 15:8-9), quiero que presten mucha atención a que no digo que unos sean mejores que otros (Romanos 3:9), por ultimo quiero que prestes atención a que ambos lados tienen cosas que mejorar (Romanos 12:2; Colosenses 3:5-8), por eso: no te compares con otro para recién ahí hacer lo que es correcto (Colosenses 3:9-17), haz lo que debes hacer a pesar de que todos te señalen, te llamen loco y te rechacen (1 Juan 4:5-6; Lucas 10:16; 1 Samuel 16:7). Lo que haces en tu vida no lo haces por los demás, lo haces para agradar a Dios (Romanos 8:8). Si Dios aborrece el asesinato de una nueva vida, entonces no vayas en contra de Él.
 
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"Incluso 
la persona más pequeña 
puede 
cambiar el curso del futuro" 
J.R.R. Tolkien 


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Muchas bendiciones, esperamos que les haya sido de ayuda y hayamos respondido sus dudas, y si creamos nuevas qué bendición, ya que esperamos poder seguir respondiendo muchas otras preguntas. ¡Dios los bendiga!

Por: "Jessica, hija de Dios"
 

Una cosa que se debe señalar y recordar es que nosotros no somos perfectos y por eso es que necesitamos a Jesús, nuestro salvador (Romanos 1...


 

No importa lo que nosotros pensemos que está bien o mal, sino lo que Dios diga que está bien y lo que está mal (Proverbios 3:5-6; 1 Timoteo 6:3-5). Nosotros somos humanos, nuestra carne es débil y buscamos los placeres (Marcos 26:41; Marcos 14:38; Juan 3:6; Juan 6:63; Romanos 8:1-13; Gálatas 5:17), nuestros corazones son de roca y nuestra mente y lengua se autojustifica para salirse con la suya (Lucas 16:14-15), no somos misericordiosos, no perdonamos, no nos cuesta odiar a los demás, ¿Qué seríamos sin Dios? Él quiere que vivamos en libertad y busca que nos demos cuenta de todo esto. 


Él nos promete un corazón de carne (Ezequiel 36:26), nos vuelve luz en la oscuridad, nos enseña a ser misericordiosos, a perdonar y amar al prójimo (Levítico 19:17-18; Santiago 4:5-7; Juan 14:16-17; Colosenses 3:5-17; Mateo 6:14): somos mejores personas cuando obedecemos a Dios. Pero cuando enseñamos cosas que van en contra de la palabra de Dios, vamos en contra de Dios. No podemos estar a favor del mundo y estar a favor de Dios (Santiago 4:1-10), no podemos ser tibios, debemos ser fríos o calientes (Apocalipsis 3:15-16).


¿Dios te dice que está mal robar? Entonces no enseñes a la gente a robar, diciendo que Dios ve el corazón y entonces no pagaremos por lo que hacemos, si somos “buenos de corazón” y que todo estará en nuestra "conciencia" (es decir, en otras palabras: "lo que es una decisión de conciencia no tiene consecuencias"), porque Dios dice que somos nuevas criaturas en Él (1 Pedro 1:3; Ezequiel 36:26) y que debemos arrepentirnos de nuestros pecados y no volver a pecar (2 Crónicas 7:14; Hechos 3:19; 2 Pedro 3:9; Apocalipsis 3:19; Lucas 15:7; Hechos 17:30). 


Cuando Dios habla de justificarnos en la fe no quiere decir que ahora podemos pecar y no recibir las consecuencias (1 Juan 3:9; Romanos 6:1-14), porque eso sería contradecirse a sí mismo y Él no se contradice (Malaquías 3:6; Números 23:19; Salmos 102:25-27; Hebreos 13:8; Job 23:13; Santiago 1:17; Hebreos 1:12; 2 Timoteo 2:13; 1 Samuel 15:29; Proverbios 19:21; Hebreos 7:21; Salmos 145:13; Isaías 40:8; Salmos 119:89; Mateo 5:18; 1 Pedro 1:23-25). 


Dios ve el corazón del que se arrepiente y le dice que lo perdona y no vuelva a pecar (Proverbios 28:13; Mateo 3:8). No enseñes que está bien matar una vida que Dios decidió que debía venir al mundo, esa vida tiene un derecho y nosotros no debemos quitárselo. No digas que "el aborto es una realidad social, así que deberíamos legalizarlo", porque por más que el aborto sea parte de nuestra realidad social, eso no hace que sea digno de ser legalizado. 


¿Sabes cuantas otras realidades negativas ocurren en nuestra sociedad y seguirán ocurriendo? El robo por ejemplo es otra realidad social (existen, existieron y van a seguir existiendo), pero nosotros no pedimos que el robo se legalice, al contrario, pedimos que se combata. Nadie pensaría en legalizar el robo, por más que sea una realidad social, al contrario, pedimos políticas públicas que nos permitan a todos vivir una vida más segura.




La solución a las violaciones, por ejemplo, no es inculcar el aborto o legalizarlo “porque de todas maneras lo van a hacer en lugares clandestinos”: eso es solo una bandita sobre el verdadero problema. El embarazo en estas situaciones es la consecuencia de algo más grande, como problemas de seguridad, maltratos psicológicos, físicos y sexuales (en los hogares y escuelas) que llevaron a ese hombre a convertirse en eso que es, falta de educación sexual, y más, pero, ¿quién está haciendo algo que realmente solucione estos problemas y que no tenga el título inservible de: “todo es culpa del patriarcado”, “los hombres tienen naturaleza de violador” o “hay que abortar a todos los hombres”? 


No sé ustedes, pero hay más marchas por el aborto legal que para apoyar, si es que lo hay, a algún movimiento u organización que busque hallar una solución a estos problemas. Si en verdad se buscara una solución al problema de las violaciones, buscaríamos más seguridad; si en verdad importara la salud de la mujer, buscaríamos un sistema de salud que salve y no uno que mate. 


¿Qué tipo de salud es aquella en la que ingresan dos personas, para luego salir con vida una y la otra es arrojada a una bolsa de residuos patógenos? ¿Sabes qué es lo que se te dice para que apruebes el aborto? Bueno, pues, apelan a la manipulación, porque, a diferencia de cómo yo te explico todo esto para que puedas ser una persona pensadora y meditar en toda la información que te doy, ellos buscan que no pienses. 


¿Sabes qué significa "manipular"? Significa: "hacer cambios o alteraciones en una cosa interesadamente para conseguir un fin determinado". Esto lo hicieron con la palabra "aborto", cambiándola por el término "interrupción del embarazo", claro ejemplo de la teoría política: "La ventana de Overton" (les recomiendo que lo busquen y entenderán porqué digo esto sin que yo se los explique). Pero esta no es la única herramienta que utilizan para manipularte, también juegan con el "blanco y negro", diciéndote que: "si no estás a favor del aborto legal, entonces estás a favor del aborto clandestino". 


Pero esto no es cierto, el que estés en contra del aborto legal no significa que estés a favor del aborto clandestino, porque si piensas, que es lo que ellos no quieren, entenderás que hay una tercera opción de la que los/as aborteros/as no te cuentan: salvar las dos vidas, buscar políticas públicas que, por un lado, desmantelen clínicas clandestinas y que, por el otro, generen condiciones dignas para que la mujer no decida abortar y hagan del aborto una opción que ni siquiera merezca ser considerada. Políticas públicas de apoyo a la maternidad, de prevención, concientización, adopción, atención pre-natal, entre otras posibles políticas de apoyo a la mujer.


Una vez estaba en un jardín de infantes, iba a ir a buscar a una niña y mientras esperaba tenía un padre sentado en una pared pequeña cerca de mí. Veía de reojo que él miraba a una mujer y estaba ensimismado en eso, tanto que no le prestaba atención al hermoso hijito que intentaba robarle por lo menos una sola caricia. El niño lo abraza, le hacía mimos, le daba besos, pero él solo miraba a la mujer. Los niños absorben todo lo que hacemos. 


Nuestro trabajo es amarlos y enseñarles de Dios para que no se aparten del buen camino (Mateo 19:14; Proverbios 22:6; Juan 14:15-31; Tito 2:4; Deuteronomio 4:9; Isaías 38:19; Éxodo 10:2; Salmos 78:4), cuando los educamos mal o no les damos la atención suficiente, creamos monstruos que destruyen aún más al mundo (Colosenses 3:21; Efesios 6:4; Proverbios 19:18; Mateo 18:10; Proverbios 29:17; Isaías 54:13). 


Por eso es importante no agregar nuestras palabras y tontos pensamientos de lo bueno y malo a la palabra del Señor (1 Juan 4:1-3; Juan 8:31-32; Proverbios 2:6), porque así es como se crean las religiones que se alejan de su plan de amor y así es como creamos violadores, asesinos, ladrones, y más (Romanos 1:18-32; 1 Timoteo 6:3-5; Mateo 24:13-28).



El aborto se legalizará pronto en todas partes, eso no debe ser una gran incógnita para nosotros (Romanos 10:3; 1 Timoteo 4:1; 2 Timoteo 4:1; 1 Tesalonicenses 5:1-11). Piensa en algo, tú ya sabes el final de esta historia, en la biblia Dios se encarga de decírtelo, porque Él quiere que sepas que vendrán cosas terribles y la gente hará abominaciones (2 Timoteo 3:1-4; Daniel 12:11-12), no habrá respeto por la vida (Mateo 24:9), ni por los niños, ni por las mujeres ni por los hombres y ancianos (2 Timoteo 3:6-7; Mateo 24:15-19). 


En el final el pecado sobreabundará, la gente amará hacer el mal y se burlarán de la palabra de Dios (2 Timoteo 3:2-5; 2 Pedro 3), ya no harán como ahora que intentan disfrazarlo de bueno, que dicen no estar haciendo algo malo porque las personas pueden “necesitarlo” (2 Timoteo 3:13). En el futuro no sería raro que se permita incluso a un adulto casarse legalmente con una niñita y que sea visto como algo bueno, una “evolución cultural”, como una liberación de los “dogmas religiosos” (2 Timoteo 3:12; 2 Timoteo 3:8-9). 


¡Sabemos que vienen cosas espantosas que ni siquiera podemos imaginar (2 Timoteo 3:1; Mateo 24:3-8; Mateo 24:20-22), pero tengan fuerzas y aguanten todo esto en el Señor porque también promete una vida eterna (Salmo 37; 2 Timoteo 3:10-17; Efesios 6:10-13; Mateo 24:9-14), libre de maldad y muerte, un mundo nuevo en su totalidad (Apocalipsis 21:1-2)! ¡Pobres de todos los que prefirieron el pecado a Dios! (Mateo 24:36-51) Las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que Dios nos promete (Romanos 8:16-27; Mateo 24:29-31).


¿En verdad crees que Dios quiere generarte problemas psicológicos que puedan afectar tu salud mental y llevarte a tal extremo que puedas hasta considerar el suicidio? Una mujer embarazada no va a ser mamá, ya es mamá, y al decidir si abortar ese bebé o no, lo que decide es si quiere ser madre de un bebé muerto (de cuya muerte ella será responsable) o un bebé vivo. El aborto jamás será completamente seguro, ya que implica una gran invasión en el cuerpo de la mujer. 


Sin mencionar el síndrome post-aborto, el cual puede causar diferentes síntomas, ya que depende de los factores que hayan llevado a esa mujer en particular a abortar: puede impedirle hacerse cargo de sus "hijos deseados", ya que se sentirá una mala madre por haber abortado a ese bebé; puede tener jaquecas, dolores estomacales, musculares, depresión, tristeza, pena, llanto frecuente, ansiedad, angustia relacionada con el aborto realizado; sentimientos de culpa, de vergüenza, de pérdida de autoestima y auto rechazo, con incapacidad de perdonarse por haber realizado el aborto; pesadillas recurrentes sobre niños perdidos, mutilados, abandonados y muertos; pensamientos recurrentes e intrusivos o flashback respecto del aborto; evitación y/o rechazo de estímulos o situaciones que recuerden el aborto y sus circunstancias o consecuencias; alteraciones conductuales relacionadas con emociones provocadas por el aborto, trastornos sexuales (inhibición o rechazo sexual, frigidez o promiscuidad) anorexia u otros trastornos alimentarios, abuso de drogas o alcohol, aislamiento social, falta de interés y atención a las tareas y obligaciones habituales, irritabilidad, ira, ataque de cólera, relaciones interpersonales abusivas, intentos de suicidio, etc.




A mucha gente le molestará que digas estas cosas (Mateo 10:34-39; 1 Juan 3:13; Juan 15:19), estarán en total desacuerdo con tus creencias (1 Juan 4:1-6; Juan 14:19; Juan 17:14), pero eso no debe importarte porque ellos no conocen a Dios ni le obedecen ni lo honran (Juan 14:20-21; 1 Timoteo 6:3-5; 1 Juan 4:6; Juan 14:23-24). 


Tu no hablas de tu opinión, sino de la palabra de Dios y como creyentes no debemos utilizar la palabra de Dios a nuestra conveniencia o fuera de contexto, de modo que nos permita vivir como queramos y libres de culpas. La palabra de Dios debe confrontarnos y alinearnos a Él (Hebreos 12:5-11; Apocalipsis 3:19-22; Salmo 119:98-99; Job 5:17), no al revés, nuestro trabajo no es alinear la palabra de Dios y a Dios a nuestra voluntad (Colosenses 2:8). 


Dios nos dice que hablemos con verdad, Él no quiere que seamos falsos testigos o mentirosos, es por eso que no podemos hacer de cuenta que el aborto es una respuesta a todos los problemas médicos y psicológicos, que es seguro o que estar a favor del aborto es darle derechos a la mujer y respetar la vida: debemos decir la verdad, a pesar de que el mundo nos rechace por decir la verdad a la que Dios nos guía, a pesar de que el mundo quiera disfrazar sus mentiras de "bondad y amor" (porque sabemos que quien no conoce a Dios, tiene una visión muy alejada del verdadero amor).


La palabra de Dios está viva (Romanos 10:17; Hebreos 4:12-13; Salmos 119; Proverbios 2:1-15; Juan 5:39; Salmo 16:11; Mateo 4:4), no es algo que funcionó hace muchos años, pero ahora solo sirve como fabula de cuentos y algunas frases motivadoras, ¡No! (Salmos 33:11; Proverbios 6:20-23; Romanos 15:4; Juan 17:17; Mateo 24:32-35; Juan 6:63; 2 Timoteo 3:15-16; 1 Pedro 1:23; 1 Pedro 2:2; Jeremías 15:16; Job 23:12; Hebreos 5:12-14; Efesios 6:7; Josué 1:8; Santiago 1:25; Mateo 7:24-27)


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“Si toda mujer tuviera 
el vientre de cristal 
ninguna abortaría 
porque vería el milagro 
que lleva dentro"
 
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Muchas bendiciones, esperamos que les haya sido de ayuda y hayamos respondido sus dudas, y si creamos nuevas qué bendición, ya que esperamos poder seguir respondiendo muchas otras preguntas. ¡Dios los bendiga!


Por: "Jessica, hija de Dios"


  No importa lo que nosotros pensemos que está bien o mal, sino lo que Dios diga que está bien y lo que está mal (Proverbios 3:5-6; 1 Timote...



Algunas madres quieren abortar a sus hijos porque piensan que no son buenas para ellos (así como Moisés tampoco se creía bueno para su misión: Éxodo 3 y 4:1-17). Un hijo es una gran responsabilidad y eso da mucho miedo en madres primerizas, pero Dios no deja a sus hijos desamparados, no nos abandona en nuestros problemas (Salmos 94:14; 2 Crónicas 30:9; Salmos 37:25-28; Deuteronomio 31:8; Jonás 2:2-7; Salmos 145:18; Job 8:20; Salmos 16:10; Salmos 37:28; Deuteronomio 31:6; Josué 1:5; 1 Crónicas 28:20; Hebreos 13:5; Isaías 41:17; Salmos 9:10; Isaías 49:15), o tú dime si cuando tu hijo te pide ayuda lo dejas abandonado y solo te vas. Dios tiene un propósito para tu vida y te da confianza, determinación y firmeza, Él te da las fuerzas, solo nosotros debemos creer en aquel que nos creó (Proverbios 3:5-6).


"Echa sobre el Señor tu carga, y Él te sustentará; Él nunca permitirá que el justo sea sacudido"

- Salmos 55:22


Dios confía en que tomes la mejor decisión, en que decidas proteger esa hermosa vida que Él pone en tus manos, para que protejas a ese bebé con tu vida, de ser necesario, así como Jesús murió por ti y por mí. ¿Sabías que el amor de Dios es comparable al de una madre? (Isaías 66:10-14; Mateo 23:37) Dios tuvo en su mente una hermosa criatura, la amó desde el primer momento en que la pensó y aún ni siquiera estaba en tu vientre (Jeremías 1:4-5; Salmo 139:16), luego pensó ¿Quién cuidará de mi hijo? Y te vio a ti (así como eligió a María para cuidar de Jesús: Lucas 1:26-38), es un honor, es algo de que enorgullecerse (Salmos 127:3-5), ese ser en tu vientre es único y sólo tú fuiste digna de tenerlo, amarlo, educarlo, cuidarlo, enseñarle quien es Dios y cuanto lo ama, para que pueda volver a su Creador el día de mañana y viva con Él y contigo por toda la eternidad (Proverbios 19:18; Proverbios 22:6; Salmos 78:1-8; Deuteronomio 6:5-7; Deuteronomio 11:19).




Hay personas que han salido de la miseria, de las circunstancias más difíciles, y eso ha sido lo que los ha marcado para el éxito que tienen el día de hoy. No hay razón para que nosotros decidamos no tener un bebé porque queremos “evitarle un futuro sufrimiento”. ¿Sabías que se dice que si te enteras que tu bebé va a nacer con Síndrome de Down o tiene algún tipo de deformidad puedes querer abortarlo y “está bien porque le ahorras que sufra”? Te recomendamos que mires estas anécdotas de madres que decidieron no abortar, a pesar de lo que los demás les decían que era lo mejor, madres que, siendo o no cristianas, decidieron tomar esa bendita decisión (y como estos pueden encontrar muchísimos más):


(Click aquí) à Esta madre iba a tener un bebé con una malformación que le impediría caminar, probablemente moverse y además tendría Síndrome de Down. Cuando los médicos le informaron de esto le dijeron que era mejor abortar. Los padres decidieron tener al bebé de igual manera. El niño puede caminar, jugar, ir a la escuela y tiene sueños y metas.


(Click aquí) à Aquí un joven habla sobre cómo él no sufre de Síndrome de Down, que es más feliz que la mayoría de personas.


(Click aquí) à Aquí pueden ver una joven con Síndrome de Down muy exitosa.

La ley de aborto dice que personas como ellos no tendrían que haber nacido, que es por el bien del bebé, porque sería un “no deseado de la sociedad”, porque nunca lograría nada en la vida (No sé ustedes, pero, ¿esto no les recuerda mucho a la manera que tiene el enemigo que engañarnos para alejarnos del amor de Dios? Les recomiendo que después lean este artículo àEl trabajo del enemigo es engañar a los hijos de Dios). Nosotros no decidimos quien tiene valor y quien puede y no puede nacer en esta tierra.

 
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“Porque no es justicia social
no escuchar la voz de los más indefensos.
Es un abuso del poder,
del fuerte sobre el débil"
 
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Muchas bendiciones, esperamos que les haya sido de ayuda y hayamos respondido sus dudas, y si creamos nuevas qué bendición, ya que esperamos poder seguir respondiendo muchas otras preguntas. ¡Dios los bendiga!


Por: "Jessica, hija de Dios"


Algunas madres quieren abortar a sus hijos porque piensan que no son buenas para ellos (así como Moisés tampoco se creía bueno para su misió...



Cuando un familiar nos dice que va a tener un bebé, que decidió tenerlo, entonces todos nos alegramos y esperamos al bebé desde sus primeros días a los últimos, pero, cuando un familiar no desea a su bebé, entonces lo llamamos feto, decimos que es una “bolsa de células” (Gracioso, teniendo en cuenta que nosotros siendo adultos somos una enorme bolsa de células, quizá ahora depende de la cantidad de células que tenga tu cuerpo para ser un ser viviente, ¿no?). 

La mayor parte de los bebes hoy en día no fuimos planeados ni deseados (sí, yo incluida), pero gracias a que nuestros padres decidieron tenernos es que hoy vivimos, tenemos la oportunidad de cumplir el propósito de Dios, esa misión para la que Dios nos escogió (Isaías 44:2). 


Dios no obliga a nadie a tener a sus bebés, así como no obliga a nadie a hacer nada (Isaías 42:14; Santiago 1:13-15), tenemos el libre albedrío, pero si lo utilizamos para pecar, hacer el mal a otros, robar, asesinar, y más, no nos justificará ningún libre albedrío (Juan 8:34-36; Romanos 8:5-8; Lucas 6:43-44; Juan 14:22). 


Tener un libre albedrio también nos da una responsabilidad muy grande, piensa que eres capaz de cualquier cosa, puedes lastimar a muchas personas y ser el responsable de terribles consecuencias: NO DEBEMOS TOMAR EL LIBRE ALBEDRIO A LA LIGERA. 


En la biblia se nos advierte de no hacer muchas cosas que nos atraerán desgracias, pregunto, ¿por qué se nos dice que hagamos o no hagamos algo?, ¿no será porque, después de todo, podemos hacer lo que se nos de la gana? Debemos ponernos nosotros mismos límites para no terminar mal utilizando la bendición del libre albedrio que Dios nos dio para que pudiéramos tomar nuestras propias BUENAS decisiones, para no tomar malas decisiones como hacen muchos hoy en día y en los tiempos de las escrituras (1 Reyes 11:6-9; 2 Crónicas 12:14; Lucas 7:30; Isaías 30:1; 2 Crónicas 36:11-13; Jeremías 4:14; Mateo 23:37).  

¿Cómo sabes que te comportas como deberías? Si no tuviéramos la palabra de Dios para aconsejarnos, entonces estaríamos perdidos (Juan 15:5), pero Él nos dice como ser agradables para Él en su palabra (Génesis 3:6; Isaías 48:18; Deuteronomio 30:19-20; Juan 3:16; 1 Timoteo 2:4; 2 Pedro 3:9; Hebreos 11:5-6; Génesis 5:24; Romanos 8:6-8; Hechos 2:38; Salmos 147:11; Juan 8:29), de manera que si quieres hacer algo y no sabes si eso es bueno o no: Dios sabe lo que es bueno y no lo oculta de nosotros, está a la vista en su palabra (2 Timoteo 3:16-17; Hebreos 4:12-13; Salmos 119; Proverbios 2:1-15; Juan 14:15).


Mucha gente dice que ese “feto” no es un bebé, que no es un ser humano según la ciencia (Colosenses 2:8; 1 Timoteo 6:20-21; Salmo 1:1-3; Romanos 10:1-3), pero nadie toma en cuenta la palabra del Creador, a quien no por nada llamamos “Creador” (Nehemías 9:6; Juan 1:3-4), Él es el único que puede decir cuando somos un ser viviente que merece la pena vivir (2 Reyes 5:7), porque no olvidemos que no es el esperma el que tiene la vida, ni el ovulo, ni el vientre de la madre, la vida la da Dios con su aliento (Génesis 2:7; Job 33:4; 1 Timoteo 6:13; Salmo 36:9) y todo lo que posee su aliento merece la pena vivir (Mateo 10:29-31). 


Los médicos pueden intentar revivir un cuerpo cuando parece que ya ha muerto, pero solo Dios es el que decide, así ha sido siempre. La palabra de Dios es nuestra prioridad y si Dios dice en qué momento comienza la vida de un ser humano, entonces es ahí cuando comienza y ningún humano va a poder hacer nada para cambiarlo (Juan 1:1; Salmos 139:13-16; Jeremías 1:5; Isaías 49:1; Lucas 1:43-44; Job 31:15; Amós 1:13).***
 
(Dato a tener en cuenta à ¿Sabías que, cuando los hebreos salieron de Egipto, Dios estableció normas muy extremas para mostrarles a ellos la gravedad del comportamiento que traían como herencia de los egipcios? Dios no quiere que andes matando personas con esto, esta fue una ley que puso para los hebreos que en ese momento salían de Egipto cargados con un montón de cosas en sus cabezas que estaban mal y entre todas esas leyes Él condenó a muerte el aborto, interesante que, para mostrar cuan grave era para Dios el matar a un bebé en el vientre de su madre, estableció que era merecedor de la muerte: Éxodo 21:22-25)
 
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"Hay amores que son increíbles,
pero entre los amores de los hombres
ninguno puede compararse
al de una madre por su hijo"
 
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Muchas bendiciones, esperamos que les haya sido de ayuda y hayamos respondido sus dudas, y si creamos nuevas qué bendición, ya que esperamos poder seguir respondiendo muchas otras preguntas. ¡Dios los bendiga!


Por: "Jessica, hija de Dios"

*** artículos relacionados: "¿Quién decide si vivimos o no?"

Cuando un familiar nos dice que va a tener un bebé, que decidió tenerlo, entonces todos nos alegramos y esperamos al bebé desde sus primeros...


En estos tiempos las personas creen que pueden o tienen el derecho de decidir quién vive y quién no. Puedes ponerte a hablar en una reunión sobre una persona malvada, llena de pecados horribles, y podrás oír a alguna persona decir, “¡A esos hay que matarlos a todos!”; puedes hablar de personas en necesidad, quienes obtienen planes y subsidios del gobierno para poder sobrevivir, y podrás oír, “Esos son unos sanguijuelas chupa sangre, ¡Sería mejor matarlos a todos!”; puedes querer intercambiar opiniones sobre un partido político y oirás decir, “A esas personas no les importa la gente, ¡Habría que matarlos a todos, así nos dejan tranquilos!”; Así también oímos cuando se habla de un futuro bebe, “Es mi cuerpo, mi decisión, no quiero tener un bebe, ¡aborto y listo!”. 


Pero, ¿nosotros podemos decidir por una vida por más grande o pequeño que sea su cuerpo?, estamos olvidando que es Dios quien da la vida, no nosotros, por ende, Dios es quien decide quitarla, no nosotros (1 Timoteo 6:13-16; Job 1:21; 1 Samuel 2:6; Deuteronomio 32:39; Hechos 17:26; Proverbios 6:16-17; Job 12:9-10).


¿Qué mejor que Dios determine el momento en que nacemos y en que morimos? ¿Somos Dios para decidir si alguien vive o muere? Dios no olvida a ninguno de nosotros y mañana nos pedirá la cuenta de la sangre derramada (Génesis 9:5-6; Génesis 1:27; Éxodo 20:13; Éxodo 23:7) ¿Sabías que incluso antes de existiera uno solo de tus días en la tierra, Dios ya los había contado? Dios se toma el trabajo de escribir todos nuestros días en su libro, incluso cuando aún solo existimos en su mente (Salmo 139:16). Dios es además quien nos forma desde el vientre de nuestra madre (Isaías 44:24), así como formó a Adán del polvo de la tierra (Génesis 2:7). No nos creamos más sabios que Dios (Proverbios 3:5-6).




El cuerpo que está adentro de la madre no es suyo, ¿sabías que las madres no somos dueñas de nuestros hijos ni aun en nuestro vientre? Nosotras y nuestros hijos somos de Dios, primeramente, antes que todo está Él (Salmo 2:7; Lucas 13:6-9; Salmos 100; Salmos 22:9-10); decimos “nuestros hijos” porque sí son nuestros hijos en cuanto a la sangre, pero no en el sentido de propiedad: los hijos no son de nuestra propiedad para que decidamos si queremos dejarlos vivir o no, para que les neguemos la vida como a un animal de nuestro rebaño o para que los talemos como al árbol de nuestra casa, nuestro trabajo es enseñarles a vivir. 


Puede que el cuerpo de afuera, el cuerpo que protege esa nueva vida sea nuestro, pero el que está adentro no nos pertenece, es una vida ajena que se ha puesto en nuestras manos. Bajo esta lógica, de que los hijos nos pertenecen, muchos padres golpean a sus hijos brutalmente para castigarlos pensando que “total son sus hijos y ellos hacen lo que quieren con ellos”. 


Podemos hospedar sus cuerpos, pero no sus almas, las almas pertenecen a Dios (Ezequiel 18:1-20), ¿porqué digo esto ahora?, bueno, quien quiera entender que entienda, pero cuando nuestros hijos mueren no vuelven a nosotros, sino que sus almas van directo a Dios. Es interesante recalcar esto, porque si fueran nuestros sus almas volverían a nosotros, pero vuelven a su creador, su padre, su dueño, su Dios.


(para ayudar a ilustrar lo que intento decir, mediten en esto: Cuando van a la casa de un amigo y son varias personas, cada uno tiene un vaso donde toma agua, ¿verdad? Cuando uno de los invitados toma un vaso pregunta, “¿este vaso es el mío?”, es ahí cuando dices, “No, ese es mi vaso”. ¿Acaso estás robándole un vaso a tu amigo en su propia casa? No, a lo que te refieres es que ese es el vaso que tú estás usando, es el vaso que tu amigo decidió prestarte durante el tiempo que estabas en su casa para que de esa manera pudieras tomar agua. Aquí se ve un poco lo que quiero decir, es “tu vaso” porque a todos los invitados se les confió un vaso propio, pero no es “tu vaso” en el sentido que no es de tu propiedad. Esto mismo hacemos con todo, en la escuela decíamos, “esa es mi silla” porque ahí nos sentábamos, pero la silla era de la escuela… ¿está mal que digas “es mi vaso” o “es mi silla” entonces? No, pero estaría mal que te tomaras la libertad de tirar el vaso por la ventana o romper la silla, porque no puedes hacer eso con algo que no es tuyo)




¿Qué no te basta la palabra de Dios? Bueno, pues vayamos a la ciencia moderna, la cual descubrió que al unirse un espermatozoide y un ovulo (singamia) se fusionan los núcleos de ambos formando un nuevo ser humano con ADN propio, distinto del de sus progenitores, el cual comienza su desarrollo natural. 


La academia nacional de medicina afirma que la vida del ser humano comienza desde la concepción. El niño en gestación no es parte del cuerpo de la madre porque, primero, el niño en gestación tiene un ADN único e irrepetible, segundo, tiene un ritmo cardíaco distinto al de la madre, tercero, puede tener incluso un factor sanguíneo propio, y cuarto, genera órganos propios como la placenta, la cual se creía que la generaba el cuerpo materno.


¿Alguna vez pensaste que el tener un bebé es un gran honor? Tú, mamá, eres la única mujer a la que Dios decidió confiar ese bebé que es único (Deuteronomio 34:10; Daniel 1:19; 1 Reyes 21:25; Job 1:8; 1 Samuel 10:24; 1 Reyes 3:12; Mateo 18:12-14), ese bebé que te amará toda tu vida y que sentirá un enorme vacío el día en que no estés. Ese hijo podría tenerlo otra mujer, pero no, Dios te lo dio a ti, porque el confía en que tomes la mejor decisión. No olvides que los niños son los más importantes en el reino de los cielos, imagínate qué bendición para ti tener un niño a quien proteger (Mateo 18:1-4; Marcos 10:13-16; Mateo 19:14; Lucas 18:15-17; Mateo 18:10).
 
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“Don del Señor son los hijos,
Los descendientes son una recompensa.
Como saetas en manos del guerrero,
Así son los hijos tenidos en la juventud.
Dichoso el hombre que llenó su aljaba de ellos.
No será avergonzado cuando litigue con los enemigos a la puerta”
Salmos 127:3-5
 
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Muchas bendiciones, esperamos que les haya sido de ayuda y hayamos respondido sus dudas, y si creamos nuevas qué bendición, ya que esperamos poder seguir respondiendo muchas otras preguntas. ¡Dios los bendiga!


Por: "Jessica, hija de Dios"


En estos tiempos las personas creen que pueden o tienen el derecho de decidir quién vive y quién no. Puedes ponerte a hablar en una reunión ...