¿Para qué necesitas disciplina espiritual?

diciembre 14, 2020 Dios es Amor 0 Comments



La “pereza espiritual” será el término que utilizaremos para referirnos a ese momento en que tenemos ganas de pasar tiempo con Dios, pero nuestra carne (cuerpo) no. A todos nos ha pasado, el querer leer la biblia, pero sentir que no entendemos y aburrirnos; el querer escuchar canciones de alabanza y adoración pero preferir escuchar música secular; el querer mirar una película de testimonio y que edifique, pero terminar viendo una que es todo lo contrario...

 


 La disciplina nos ayuda a permanecer en Jesús 

 

Cuando tenemos pereza espiritual, necesitamos ser disciplinados. Tal vez la palabra disciplina pueda generarte un poco de disgusto, porque a ninguno nos gusta que nos disciplinen ni ser disciplinados (Hebreos 12:11). Esta palabra suele generarnos un poco de rechazo, pero es más útil de lo que pensamos, sobre todo en situaciones como esta. Para entender mejor, prestaremos atención a una de sus definiciones:
 “Conjunto de reglas o normas, cuyo cumplimiento a manera constante, conduce a cierto resultado.”


De esta manera entendemos que una disciplina espiritual puede ayudarnos a permanecer de manera constante con Jesús, nos ayudará a poder dar buenos frutos (Juan 15:1-8; Juan 15:16). En la palabra de Dios dice que hay distintos tipos de frutos como arrepentimiento, amor, gozo, paz, paciencia, bondad, fidelidad, humildad, dominio propio, fe, mansedumbre, templanza, buenas obras (Gálatas 5:22-23; Mateo 3:8; Efesios 2:10). Ahora, una buena pregunta es, cómo daremos esos frutos, si no pasamos tiempo con Dios, conociendo su voluntad, mandatos y amor?, ¿Cómo podremos pasar tiempo con Dios, si ese tiempo está sujeto a las ganas que tengamos de estar con Él y a nuestro ánimo?

 



Por mi cuenta, soy esclavo del pecado 

 

“Sabemos que la ley es espiritual, pero yo soy débil, vendido como esclavo al pecado. No entiendo el resultado de mis acciones, pues no hago lo que quiero, y en cambio aquello que odio es precisamente lo que hago”
– Romanos 7:14-15 (en Dios Habla Hoy – Tercera edición)
 
“Vendido al poder del pecado” significa “estar esclavizado, aprisionado, por el poder del pecado”. Pablo quiere decirnos que esta victoria no puede ganarse por las fuerzas naturales.  Habla como de un doble “yo” que tiene una lucha interna: el “yo” carnal y el “yo” nuevo, del hombre interior; en el primero no mora (vive) el bien; el segundo se deleita en la ley de Dios.


Nuestra autosuficiencia congénita ofrece al enemigo mil francos por donde atacar, y el que baja la guardia está perdido. Es natural de nosotros tener pereza espiritual.



 

Hay fuerzas espirituales que todo el tiempo nos declaran guerra 

 

“Porque no estamos luchando contra poderes humanos, sino contra fuerzas espirituales del cielo, las cuales tienen mando, autoridad y dominio sobre el mundo de tinieblas que nos rodea”
– Efesios 6:12 (en Dios Habla Hoy – Tercera Edición)
 
En otras palabras: “no estamos peleando contra enemigos de carne y hueso, sino contra espíritus muy malos y fuerzas poderosas de mundo tenebroso e invisible”.
Nuestra lucha no es contra hombres, sino contra ángeles caídos, pero que conservan su fuerza natural y están bajo el poder enemigo***; solo Dios puede proporcionarnos las armas que necesitamos para tan desigual combate (siendo nuestra posición defensiva).


“Si tengo ganas de estar con Jesús, lo estoy, pero, si no tengo ganas, no”. Si sabemos que estamos en guerra y durante todo el día el enemigo nos va a estar disparando, no me puedo dar el lujo de salir de casa desarmado (sin escudo, sin espada, sin nada), sería como ir a la guerra a morir, necesitamos nuestra armadura (Efesios 6:10-18). Si no salimos armados a la guerra, nos van a aniquilar, por eso es importante buscar a Jesús, es de vida o muerte (Romanos 6:19-23).
 


La disciplina ayuda, Dios produce el querer y el hacer 

 
“El que tiene al hijo de Dios, tiene también esta vida; pero el que no tiene al hijo de Dios, no la tiene”
– 1 Juan 5:12 (en Dios Habla Hoy – Tercera Edición)
 
“El que tiene al hijo, tiene la vida; el que no tiene al hijo de Dios, no tiene la vida”
– 1 Juan 5:12 (en Nueva Reina - Valera 2000)
 
Véase también: Juan 1:1-14; Hechos 3:13-15
 
En otras palabras: “El que tiene una relación con Jesús tiene vida eterna. El que no tiene relación con Jesús no tiene vida eterna”.


No hay que malinterpretar esto, porque no quiere decir que Jesús no nos quiere dar vida eterna, todo lo contrario: Él se sacrificó por nosotros para darnos vida eterna. Quiere decir que, si nosotros no permanecemos en la “trinchera” de Jesús, resguardados en su escudo, porque Él es el único que vence esta guerra espiritual, estamos muertos.
 
“Porque Dios es lo que obra en vosotros, tanto el querer como el hacer, por su buena voluntad”
– Filipenses 2:13 (en Nueva Reina – Valera 2000)
 
“Pues Dios, según su bondadosa determinación, es quien hace nacer en ustedes los buenos deseos y quien los ayuda a llevarlos a cabo”
– Filipenses 2:13 (en Dios Habla Hoy – Tercera Edición)
 
Esto quiere decir que Dios es el que produce en nosotros el querer y el hacer. Y no debemos olvidar que la motivación es igual a sentimientos, pero la disciplina es igual a libertad. Cuando nos dejamos llevar por los sentimientos no nos volvemos personas responsables, firmes o comprometidas, sino personas irresponsables, inestables y para nada comprometidos. 


Si un día nos sentimos bien hacemos las cosas, pero si un día nos sentimos mal, tiramos todo por la ventana. Es por esto que la motivación y los sentimientos nos vuelven esclavos de nuestros cuerpos, mientras que la disciplina como promesa, compromiso, responsabilidad y firmeza termina acercándonos más a Dios y nos vuelve independientes y libres.
 


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No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová,
Ni te fatigues de su corrección;
Porque Jehová al que ama castiga,
Como el padre al hijo a quien quiere.
Proverbios 3:11-12
 
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Muchas bendiciones, esperamos que les haya sido de ayuda y hayamos respondido sus dudas, y si creamos nuevas qué bendición, ya que esperamos poder seguir respondiendo muchas otras preguntas. ¡Dios los bendiga!


Por: "Jessica, hija de Dios"


La “pereza espiritual” será el término que utilizaremos para referirnos a ese momento en que tenemos ganas de pasar tiempo con Dios, pero nu...